Con un gol al filo del cuarto de hora de Luis González se quitó el Barbadás de encima a un Portonovo superior hasta ese minuto, el doce, pero inferior sobre todo a la hora de ponerle intensidad al juego. Manejaron la pelota como los ángeles los pontevedreses, insuficiente ante un conjunto ourensano que mordió más y mejor, que supo dónde y sobre todo cuándo presionar, que recuperó muchos balones después de pérdida. En la primera aproximación acertaron los azulones, Luis González tocó lo justo para alejar la pelotita del portero y ponerla tan en el palo que llegó a golpearlo antes de entrar.
Desde que se puso por delante, el Barbadás apenas concedió. Le ayudó eso sí el travesaño, que devolvió una rosca de Champions League que había dibujado Dani Abalos. El rechace le cayó a Hugo Soto, que no fue capaz de embocar. Saliendo como centellas pudieron haber hecho más goles los de Agustín Ruiz. En una de esas llegadas, el remate de Iago Varela lo sacó con una mano el portero e Ismael no pudo remachar. Poco después, por un pelo se perdió el talegazo de Bass, antes que sobre el bocinazo del descanso Isra le sacase un mano a mano al ariete local.
A la hora de juego entró Manu Blanco en el campo para formar una línea de tres centrales y dejarle a Gabri toda la banda derecha. Llegaba y llegaba el Barbadás, que no cerraba el partido. Iba e iba el Portonovo, que no igualaba. El travesaño sacó el disparo de Collegari, una falta que mandó demasiado arriba Dieguito supuso la última intentona visitante. No hubo más.
