Hay campeones y campeones y este Verín es la prueba mejor acabada de un equipo que se lleva el título de liga con absoluta autoridad, la misma que volvió a poner de manifiesto ante el Melias y que está basada en el buen trato del balón, la afinación en los pases donde más de uno se convierte en todo un estratega para la puntada final de cara al gol.
El cuadro local salió dispuesto a plantarle cara y sus dos avisos se quedaron en un córner cerrado de Diego Bahía, que solventó Jorge y otro posterior con cabezazo de Miguel Salgueiros tras rematar una falta de Diego Bahía sobre el larguero.
A partir de ahí la maquinaria verinense se encargó en dos minutos encarrilar una nueva victoria. Enio llevándose el esférico con gran clase, se filtró en el área y cuando todos esperaban su centro, sacó un disparo que llegó a rozar en un defensa y sorprender completamente a Christian estableciendo el 1-0. A continuación, apareció Luisito, en su habitual cita con el gol para sacar un disparo potente ajustado al palo izquierdo para colocar el 0-2.
La escalada de oportunidades no bajó su intensidad, a pesar de que un buen recorte de Mou ante la salida del portero acabó con su remate estrellándose en el palo.
Pero apareció en escena Yaguito con su desparpajo para dejar a Pablo mirando perdido para resolver con un derechazo raso pegado al palo derecho. Era el 0-3 y la fiesta ya se trasladaba a la grada.
El posterior tanto de Juan Mayo mediante un tiro desde la frontal del área que se metió junto al poste izquierdo, siendo estéril la estirada de Jorge fue un pequeño aire de optimismo para un Melias que sabía lo que tenía enfrente.
La segunda parte fue prácticamente un recital visitante, donde Luisito, por dos veces pudo ampliar la diferencia, o el posterior disparo de Fondevila que despejó Christian.
El Verín quería zanjar la papeleta y no darle más vida a un oponente que jamás dejó de competir, pero las fuerzas fueron mermando. El estratega Enio armó la jugada del 1-4 para dejar en bandeja el balón para Mou que, entrando por el segundo palo, resolvió sin oposición.
La tarde no era luminosa, pero el brillo lo siguió poniendo sobre el tapete de A Abelleira el equipo del profesor Miguel Sotelo, que daría entrada a las futuras promesas del club. Una de ellas, Hugo Ossorio, que entró por su padre Luisito no quiso ser menos y con mucha picardía supo aprovechar un rechace para recortar al portero y establecer el 1-5, que ya olía a festejo anticipado por un nuevo ascenso.
Los anfitriones buscaron la manera de maquillar un poco la derrota y fue posible en una aparición de Diego Bahía por la banda izquierda y cuyo centro al primer palo lo remató Rodrigo Pato para el definitivo 2-5. Antes del cierre, Búfalo pudo marcar, pero su tiro que se antojaba gol se desvió en un defensor.
El árbitro entendió que no era necesario descontar y tras su pitido final se desató la algarabía de jugadores portando bengalas de humo con los colores del club para celebrar un justo ascenso.
