El Vilariño saca provecho de una jugada a balón parado para ganar un partido clave pero para olvidar

Un cabezazo bastó y sobró

El lateral del Caldelao Rober protege el balón ante Diego Viana, que acabó siendo expulsado. (Foto: Xesús fariñas )
Un solitario y tempranero gol de Óscar Sabucedo le sirvió al Vilariño para superar a un rival directo como el Caldelao. El equipo de Manolo Prieto acabó con un jugador menos por la expulsión de su mediocampista Diego Viana.
Aquél que se acercó a O Medo esperando ver buen fútbol se equivocó de día y de campo. Estaba claro que en esa lucha por la supervivencia dentro de la Primera autonómica Vilariño y Caldelao no pueden andar con florituras y buscan la salvación de la forma menos ortodoxa pero más eficaz para sus intereses.

En la ruleta de la fortuna, el equipo de Manolo Prieto salió agraciado muy pronto. Una falta lanzada por Jorge Ramos encontró la cabeza de Óscar Sabucedo, que peinando el balón lo clavó lejos de la estirada de Alex.

Pudo y lo tuvo para empatar casi de inmediato el conjunto de Toño Sanmartín. Un fallo de Pablo en el cierre le permitió a Permuy quedar solo para fusilar a Samuel, que acabó luciéndose para detener el disparo.

A partir de ahí, el partido fue más una lucha grecorromana, en la que el balón nunca fue bien tratado y las interrupciones fueron una constante.

Aguantar a pie firme Intentó el Caldelao presionar en busca de la portería local y sólo un cabezazo de Rober le dio un susto a Samuel. El Vilariño apostó por resguardarse e intentar sorprender a la contra. Alex respondió ante Masid y en el cierre puso los puños a una falta que había lanzado Jorge Ramos.

No dio para más el partido y se agradeció el pitido final.


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