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Hemeroteca: Manolo Preciado, el único

PRECIADO

Los ex del Club Deportivo Ourense recuerdan anécdotas y homenajean la figura del exjugador y entrenador en el cuarto aniversario de su muerte

Todo acaba igual. La decisión está escrita en los dogmas, pero ¿qué nos queda al final? Es la eterna pregunta cuando una lágrima de tristeza moja la cara del dolor. Hace más de mil días que el fútbol español perdió un bigote exclusivo. Manuel Preciado se fue el 6 de junio de 2012 a causa de un infarto. Lloró el fútbol, la familia sportinguista, el Villareal (club por el que había firmado para entrenar en Primera División) y Ourense. El defensa estuvo tres temporadas en el desaparecido Club Deportivo Orense donde fue un asiduo en la zaga, dejando su impronta.

José Luis, Quecho, Jorge, Bericat, Hortas, Vila, Mugüerza y Quino son algunos de los jugadores de aquella plantilla de la temporada 86-87 que entrenaba Mario Guede. "¿Que Preciado marcó un gol?" bromean mientras ven la foto de la plantilla de aquella temporada. Sí, marcó un gol y fue el domingo 15 de diciembre de 1986 en Córboda, en El Arcángel. Tal vez, no era su cualidad más fuerte, pero tras un saque de esquina le llegó la oportunidad y no falló. El Couto no pudo celebrar un gol del cántabro, pero siempre agradeció su compromiso y dedicación por la seguridad defensiva muy criticada en aquellas temporadas por su fragilidad.

UNA VIDA TRÁGICA

Entre risas, abrazos y proyectos varios exjugadores del Club Deportivo Orense se citaron para recordar a Manuel Preciado en la víspera del aniversario de su muerte. "Tuvo una vida complicada. Murió su mujer en 2002 por culpa de un cáncer y después uno de sus hijos falleció en un accidente de tráfico en 2004. Una vida muy trágica", recordaron sus excompañeros con una mirada clavada en la foto de plantilla de aquel año. Una visión al pasado que rápidamente evitan para que no se convierta en una añoranza triste.

20160605205118134_resultCambian el guión, sacan una sonrisa y explican anécdotas de su estancia en Ourense. Jorge explican que "Preciado llegó con mucha fuerza. De hecho trajo cosas que para nosotros eran casi desconocidas como la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles). Había opciones para estudiar a través de cursos. Por ejemplo, inglés o otros tipo de cursos. Pero también podías estudiar carreras. De hecho, yo estudié por medio de eso y ahora soy profesor". Una oportunidad que convirtió en su futuro y el de su familia. Preciado no sólo dejo su esfuerzo y su simpatía en O Couto sino que también aportó humildad en un vestuario que era la esencia del éxito del equipo. "Preciado era único", se escucha entre ellos.

TRAS EL FÚTBOL

Preciado terminó su carrera como jugador en 1992 en el Gimnástica de Torrelavega donde se conviertió en entrenador. Pasó por el Real Murcia, Levante, por su Racing de Santander para convertirse en el profeta del sportinguismo. Tras dejar Ourense, el contacto con los exjugadores se fue diluyendo pero Manolo Preciado volvió a la ciudad en varias ocasiones porque después del Sporting y el Racing, el CD Orense fue uno de los clubes donde más se quedó. En varias entrevistas a este diario destacaba que Ourense era una ciudad acogedora con una afición al fútbol crítica pero cariñosa.

Preciado se marchó hace cinco años. El CD Orense desapareció, su Santander lucha por volver y el Sporting tiro de su figura para quedarse en Primera. Todo cambió, pero su presencia perdurá siempre.

ALGUNAS ANÉCDOTAS

La mascota de Preciado y sus travesuras 

Quecho recuerda que Preciado tenía un perro "enorme" que se "comía los cinturones de seguridad del coche. Entré en su coche y me iba a poner el cinto pero vi que estaba todo mordido y roto. Iba sin cinturones".

"Yo soy de Bilbao, bueno, de las afueras de Bilbao"

Jugaban contra el Pegaso y Preciado tenía una herida. Quino relata "había que coserle y les dijo que era de Bilbao y que no le dolía". Cuando empezaron a coser dijo con cara de dolor: "Soy de las afueras de Bilbao".

"Jorge, tú nunca vas a jugar en el primer equipo del Ourense"

Jorge tenía 18 años y era uno de los más jóvenes de la plantilla. Manolo Preciado le dijo a la promesa: "Jorge, tú nunca vas a llegar a jugar con el primer equipo", cuenta Jorge riéndose. Finalmente, sí que jugó.
 

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