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El Ourense CF, cuando ganar es una rutina

FUTBOL.COUTO.
photo_camera Zamo presiona al centrocampista del Ourense CF Brais.

Wadir, Lamelas y Andersson golearon para un Ourense CF que sumó ante el Erizana su octavo triunfo consecutivo y se mete en puestos de ascenso directo a Tercera

 

El Ourense CF hizo su parte. Ganó y mete presión a un Arenteiro obligado a no fallar esta tarde en el derbi de Espiñedo para retener la plaza de ascenso a Tercera. Ayer se acostó sin ella.

Los pontinos siguen erre que erre en una retahíla de victorias con mérito indiscutible y escaso margen de error. Ocho triunfos consecutivos que han llevado su objetivo de la quimera a lo posible casi sin pasar por lo complejo. Su última víctima, el Erizana.

Ganan los de Fran Justo con la naturalidad del que se ajusta la corbata para ir a trabajar. Encajan poco y golean fácil. Esa pócima no puede fallar.

Esta vez les bastó con aguantar los primeros 20 minutos de un rival más cómodo y atrevido y luego ir inclinando el campo hasta que la pelota cayó en el área visitante por inercia.

A los 18 minutos Marcos la tuvo para los de Baiona. Perdonó en el área pequeña una falta mal defendida y Michi se encontró con un balón que, quizá pudo cambiar el partido. Aunque eso sea especular.

Lo cierto es que de ahí en adelante el Erizana se esfumó ante un Ourense CF sin mucha prisa en la primera mitad y contundente en la segunda.

Cambio de ritmo

Tras el descanso fue otro partido. Lamelas, que transmite sensación de peligro con y sin balón, estrelló en el larguero un uno contra uno en el primer minuto. Primer aviso.

No falló Wadir en el 53. Tuvo paciencia en la frontal del área, entregó a Piñero en la banda derecha, el lateral, de los mejores de su equipo, devolvió atrás y Wadir fusiló donde marca la diferencia (1-0).

La sentencia tardó más de la cuenta porque Lamelas, en el minuto 58, perdonó casi a puerta vacía uno de los varios errores del portero visitante. Segundo aviso.

No repitió regalo en el 73, quizá en fuera de juego y tras una buena internada de Khalifa (2-0).

Los locales se desabrocharon los zapatos antes de tiempo. Con el partido dominado se complicaron la tarde en la oficina con un error de Wadir en el centro del campo condenado por la subida precipitada por banda de Piñeiro y gracias un zapatazo de Víctor desde fuera del área imposible para Michi (2-1). 

Faltaban cinco minutos que en un momento monótono de la temporada se hacen eternos y que cuando estás de quiero quedan en anécdota. Wadir tuvo más músculo y ganas que su par en un balón dividido y regaló a Andersson la guinda al partido. El que faltaba de un tridente que hace bueno todo el trabajo de un equipo en puestos de ascenso.

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