Menos de seis meses después de aterrizar en el club de O Couto, Aníbal Pereira, hasta ayer director general de Club Deportivo Ourense, y su equipo de colaboradores más próximos -Jesús María Gómez Fuertes, Ramón Dacosta, Modesto López y Fernando Sánchez-, dejan la entidad. Lo hacen dolidos, porque consideran que desde dentro se les privó de continuar su trabajo, pero felices por haber puesto un germen para un futuro mejor en el Ourense.
En la comparecencia de cese de actividad, Aníbal Pereira leyó un comunicado en el que señalaba que 'veníamos preparados para todo (crisis, reestructuración de la plantilla y la base...), para todo, menos para lo que nos encontramos. Ningún proyecto, por bien estructurado que esté o mucho esfuerzo que se le dedique, puede sostenerse si desde dentro se le somete a una continua, sistemática y obsesiva labor de torpedeo y obstaculización. Hemos soportado daños y actitudes dificilmente creíbles que no vamos a detallar por el bien del club, pero llegado un momento, donde la obsesión de quien atacaba traspasaba los límites de la dignidad humana, porque cuanto más serena era nuestra conducta más se acentuaba la desproporción de los ataques, tras reflexionarlo, decidimos retirarnos para que estas conductas no acabaran provocando daños irreversibles al club, algo que estaba empezando a ocurrir'.
Y añade: 'Estamos convencidos que se desperdicia una enorme oportunidad de generar ilusión y oportunidades de crecimiento para nuestra ciudad y provincia, sintiéndonos orgullosos de lo innovador y constructivo del proyecto'.
UN GERMEN EN LA AFICIÓN
Aníbal Pereira reconoce que tanto él como sus colaboradores 'nos vamos felices, porque logramos poner un germen en la afición que esperemos sea aprovechado porque la ciudad quiere fútbol. Para nada tenemos la sensación de irnos fracasados, todo lo contrario, muy orgullosos de lo que hicimos y de lo que teníamos preparado'.
Y añade: 'Estamos convencidos que se desperdicia una enorme oportunidad de generar ilusión y oportunidades de crecimiento para nuestra ciudad y provincia, sintiéndonos orgullosos de lo innovador y constructivo del proyecto'.
UN GERMEN EN LA AFICIÓN
Aníbal Pereira reconoce que tanto él como sus colaboradores 'nos vamos felices, porque logramos poner un germen en la afición que esperemos sea aprovechado porque la ciudad quiere fútbol. Para nada tenemos la sensación de irnos fracasados, todo lo contrario, muy orgullosos de lo que hicimos y de lo que teníamos preparado'.
