Rafa Sanz: “Hay gente a la que le va bien la mediocridad porque así son alguien”

El entrenador Rafa Sanz
Alejado de los forofismos, tajante y sin doble fondo. Rafa Sanz llegó a Ourense avalado por su trayectoria en una categoría en la que nadie ha dirigido más partidos que él y con fama de entrenador enamorado de su trabajo e intransigente con la falta de implicación. Mes y medio después ratifica a diario sus credenciales para suerte del club que le paga y desgracia de los jugadores a los que parece dispuesto a desenmascarar en una temporada para el olvido.
El COB es colista de la LEB Oro y Rafa Sanz intenta poner algo de luz a su futuro y explicar los motivos del oscuro pasado del equipo.




Ante el Obradoiro -el miércoles en el Pazo (64-66)- cuando menos hicimos los mismos méritos que ellos y eso es motivado porque bastantes jugadores multiplicaron su esfuerzo. Demuestra que con corazón se pueden hacer las cosas.

¿Y qué puede hacer el entrenador en este caso, cuando no sabe que actitud tendrá el equipo?
Intentaré poner los máximos minutos a la gente que creo que tiene más corazón. Espero que esos no se vengan abajo por perder ante el Obradoiro y vean que desde el esfuerzo se consiguen resultados.

¿Pone la mano en el fuego por su equipo?


Por algunos jugadores sí. Ante mi crítica hacia ellos algunos responden trabajando más. Pero hay otros que ni eso, que buscan otras estrategias como ir llorándole al presidente. Espero que los primeros no se contagien de esos virus y peleen por mantener su estatus en el baloncesto con trabajo.

¿Una plantilla dividida?


Hay jugadores que se juegan su futuro, sus contratos, sus hipotecas... Hay otros a los que eso ya les importa muy poco y que buscan la jubilación. Esto no es un centro de la tercera edad y tenemos que confiar nuestro éxito a gente que todavía tenga ganas de hacer cosas. Hay gente que le va bien la mediocridad porque así ellos son alguien.

Lo que está usted haciendo aquí ya no es nuevo, mantiene su filosofía personal y laboral.

En otro club (Tenerife) opté por echar a una estrella en la Liga (Antwain Barbour) por un acto de indisciplina. El Consejo no estaba de acuerdo pero lo argumenté en defensa de la dignidad del equipo. Los jugadores entendieron que el trabajo y la disciplina eran intocables y no hubo más problemas. Aquí cuando algunos han buscado estrategias diferencias a luchar en los partidos han conseguido cosas. Ahí se abrió un camino para algunos que son vagos y holgazanes.

¿Le sorprende?


Hay gente que cuanto peor, mejor. Hay gente que ha buscado confabular en vez de remar pero no ya antes de llegar yo sino en su carrera, gente que es conocidísima en este mundillo por ello.

Muy duro, ¿no?

Hay gente que sonríe más a la cámara y hacen algún gesto en casa pero fuera ni se levantan del banquillo, y ni siquiera tiran a canasta. No tengo absolutamente nada que tapar y lo digo, lo digo después de estar 35 días callado y en son de paz.

¿Por qué ahora?

Porque no puedo permitir que esto sea el timo de la estampita.


Las cartas están boca arriba.


Los jugadores lo saben. Hay a quien miro a los ojos cuando les hablo y quien me da ganas de vomitar. Mi lucha será que los jugadores que tienen ética sean mejores y así el equipo será mejor. Aquí hay gente que dice que está comprometida y luego son un coladero. Hay gente que llega con el tiempo justo para fichar al principio del entreno y fichar al salir y ya está.

Pensar en evitar el descenso empieza a parecer una quimera


Pasa por ganar en Huesca y tirar hacia adelante con los que quieran poner su mente y su corazón al servicio del colectivo.

No es habitual que un entrenador sea tan contundente.


Si no hago esto y no pongo stop me convertiría en uno de ellos, en uno de los que busca no complicarse la vida y el dinero fácil y no he venido aquí para engañar a nadie. He venido para cobrar mi dinero pero haciendo mi trabajo.

Y en voz alta.


No tengo otro mecanismo que la denuncia pública porque cuando hice la denuncia privada con el equipo y con algún jugador el camino que se tomó fue la excusa y la calumnia. O ponemos las cartas boca arriba o la gente se ríe porque sólo quieren cobrar y engañar en otro sitio o aquí mismo. Avisé a los jugadores que el último recurso que iba a emplear era la denuncia pública porque me parecía que esto ya era una tomadura de pelo.

¿Qué puede pensar la afición?

Que la gente no piense que todos los jugadores son así. La mayoría que he entrenado no son así pero aquí han confluido bastantes así y por eso el equipo es último.

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