TERCERA DIVISIÓN

El Arenteiro suma hacia el objetivo

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photo_camera El defensa del Arenteiro Pana conduce la pelota ante la oposición de un jugador rival.
PRAT
Arenteiro
1
1
COB
Villalbés

Para nosotros este no es un punto, es un puntazo". Son declaraciones del entrenador del Arenteiro, Manel Vázquez al terminó del encuentro que sus pupilos empataron ante el Racing Villabés a un tanto.

Y no le falta razón. Ya que esta vez tuvieron que sudar de lo lindo para lograr el empate. Y si lo consiguieron fue porque los carballiñeses son un conjunto que se dejan el alma sobre el campo, no regatean esfuerzos y tienen claro que desde el trabajo empiezan a ganarse los partidos. Y eso es innegociable.

El visitante de Espiñedo era el Racing Villalbés. Un equipo de los míticos de Tercera, con jugadores sin el nombre que pueden tener los del Boiro, Somozas o Bergantiños, pero con muchas horas de oficio en Tercera división. Y eso se nota.

Además llegaban en racha. Cinco victorias en los últimos cinco partidos le hacían ser un rival temible. Y lo demostraron.

Desde el primer minuto se hicieron con el dominio del encuentro ante un Arenteiro que no encotraba el sitio y no estaba cómodo. Corrían detrás de los lucenses, pero siempre llegaban tarde. Estaban fuera de sitio y le costaba mucho más de lo que suele ser norma en los partidos de Espiñedo.

Los visitantes, poco a poco acrecentaban su peligro y así la primera gran ocasión la tuvo Villares. Entro en el área, regateo a dos rivales y se plantó ante Pachi. Pero después de hacer lo más difícil, envió la pelota muy desviada malogrando una inmejorable ocasión. A la media hora, el central Antonio, que había subido al ataque, remató alto y en el 36 un buen disparo de Make lo envió Pachi a saque de esquina.

Enfrente, el Arenteiro lo intentaba una y otra vez, pero no daba con la tecla, no estaba a gusto y sufaría mucho más de lo esperado.

En la segunda parte, el comienzo fue similar. Y llegó el gol visitante. Fruto de la fortuna pero también de la picardía. Una falta lateral, la sacaron en corto para que Make de tiro raso sorprendiera a la defensa y portero locales.

Pero a este Arenteiro nunca se lo puede dar por muerto. Sacó el orgullo y el gol les tocó el amor propio. Fue a más y encontró el faro de Rubén Arce, que no estaba teniendo su mejor tarde. Se fue por su banda, desbordó a su par y fue derribado cuando entró en el área. Con cierto suspense ya que el colegiado Vidal Fonseca espero el beneplácido de su juez de línea, decreto el punto de penalti. El propio Rubén Arce cogió la pelota con decisión y no vaciló, superando con frialdad al meta visitante Marcos.

El gol le dio alas a los ourensanos. Y frustró a los visitantes. Algo lógico ya que no entendían como haciendo muchos más méritos que los locales el marcador reflejaba empate a un gol.

Además a los de Óscar Gilsanz les debió entrar el miedo a perder el punto que tenían en ese momento. Y se fueron poco a poco diluyendo. Los cambios también ayudaron a refrescar las ideas en los verdes. Y aunque no tuvieron grandes ocasiones de marcar, si que llevaron peligro a la meta visitante.

Un punto con distinto prisma

El empate fue lo más justo por los méritos de unos y otros. Pero lo celebraron de forma bien distinta.

Los de Villalba regresaron con la sensación de que se les había escapado la sexta victoria consecutiva que les hubiera metido en puestos de promoción de ascenso.

Los de Arenteiro, dando por bueno un punto que les permite llegar a los 25. Cifra marcada como el objetivo para la primera vuelta, por eso el técnico se mostraba muy satisfecho. "Para nosotros es un puntazo que nos permite llegar a los 25 que habíamos puesto como objetivo para la primera vuelta".

Lo mejor es que todavía quedan cuatro jornadas para finalizar la primera vuelta y el equipo puede sumar todavía más. Sería lo lógico, ya que la trayectoria invita a pensar así. Ahora les espera el tododopoderoso Boiro. ¿Quién dijo miedo?

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