La victoria de la selección española en la Eurocopa de fútbol marcó el inicio de la visita del presidente del Gobierno español a Dinamarca, cuyo primer ministro, Anders Fogh Rasmussen, le recibió con una bufanda con los colores de la bandera de España para felicitarle por el triunfo.
Han ganado los mejores y es muy bueno que los mejores sean de España, manifestó José Luis Rodríguez Zapatero a los medios de comunicación nada más recibir la felicitación de Rasmussen, quien elogió a su vez el fútbol rápido elegante y creativo de los españoles.
Tras asistir en Viena a la final de la Eurocopa, Zapatero llegó de madrugada a Copenhague, invitado por Rasmussen, en una visita destinada a analizar las experiencias de los dos países en energías renovables.
Sobre el encuentro futbolístico, Zapatero se mostró convencido de que una vez ganada la confianza de poder vencer a los grandes, cambiará el destino de la selección española.
Ahora vamos a entrar en un tiempo donde estaremos disputando los puestos más importantes; estamos en un momento brillante de la historia del deporte español, manifestó.
Tras presenciar en persona la victoria, Zapatero bromeó con el supuesto gafe que se le había atribuido, una maldad que le divertía, dijo, porque él ha tenido casi siempre buena suerte.
Además, recordó que las dos finales europeas a las que ha asistido se han ganado, la Liga de Campeones que logró el Barcelona en París y la Eurocopa de ayer.
Rasmussen le recibió en uno de los muelles de Copenhague para realizar una travesía en barco hasta el parque eólico marino de Middelgrunden y, de nuevo en la embarcación, se celebró la victoria española con un brindis con cava y una gran tarta roja y amarilla decorada con un balón de fútbol.
El presidente del Gobierno estimó que, visto el juego de los españoles, ayer se hizo justicia en Viena y consideró que una de las claves de la victoria fue el espíritu de equipo.
A su juicio, se ha confirmado que España cuenta con una generación de deportistas que es la mejor de la historia, tanto en fútbol, como en baloncesto, balonmano o tenis.
Zapatero elogió también la actitud de la canciller alemana, Angela Merkel, con quien compartió ayer palco.
Según apuntó, reconoció el gran juego de España ya antes de comenzar el partido y felicitó con elegancia a la delegación española una vez que la selección había ganado a la poderosa y fuerte Alemania.
Preguntado por la marcha del seleccionador, Luis Aragonés, Zapatero manifestó que le tiene aprecio y alabó su personalidad austera y su forma de rehuir del protagonismo, pero consideró que también hay que renovarse y se mostró convencido de que se elegirá a un buen sustituto.
El presidente del Gobierno, quien consideró que, salvo los quince primeros minutos del partido, España dominó el encuentro y pudo haber sentenciado con uno o dos goles más, elogió en concreto el juego de Fernando Torres, que peleó contra dos torres alemanas y no le movieron ni una vez cuando disputaba la pelota en carrera.
Encantado de poder recibir a los jugadores en la Moncloa si es posible, el presidente del Gobierno consideró que el mejor recibimiento será el de la afición.
Debemos disfrutar este momento, porque no es fácil, recalcó.
Tras asistir en Viena a la final de la Eurocopa, Zapatero llegó de madrugada a Copenhague, invitado por Rasmussen, en una visita destinada a analizar las experiencias de los dos países en energías renovables.
Sobre el encuentro futbolístico, Zapatero se mostró convencido de que una vez ganada la confianza de poder vencer a los grandes, cambiará el destino de la selección española.
Ahora vamos a entrar en un tiempo donde estaremos disputando los puestos más importantes; estamos en un momento brillante de la historia del deporte español, manifestó.
Tras presenciar en persona la victoria, Zapatero bromeó con el supuesto gafe que se le había atribuido, una maldad que le divertía, dijo, porque él ha tenido casi siempre buena suerte.
Además, recordó que las dos finales europeas a las que ha asistido se han ganado, la Liga de Campeones que logró el Barcelona en París y la Eurocopa de ayer.
Rasmussen le recibió en uno de los muelles de Copenhague para realizar una travesía en barco hasta el parque eólico marino de Middelgrunden y, de nuevo en la embarcación, se celebró la victoria española con un brindis con cava y una gran tarta roja y amarilla decorada con un balón de fútbol.
El presidente del Gobierno estimó que, visto el juego de los españoles, ayer se hizo justicia en Viena y consideró que una de las claves de la victoria fue el espíritu de equipo.
A su juicio, se ha confirmado que España cuenta con una generación de deportistas que es la mejor de la historia, tanto en fútbol, como en baloncesto, balonmano o tenis.
Zapatero elogió también la actitud de la canciller alemana, Angela Merkel, con quien compartió ayer palco.
Según apuntó, reconoció el gran juego de España ya antes de comenzar el partido y felicitó con elegancia a la delegación española una vez que la selección había ganado a la poderosa y fuerte Alemania.
Preguntado por la marcha del seleccionador, Luis Aragonés, Zapatero manifestó que le tiene aprecio y alabó su personalidad austera y su forma de rehuir del protagonismo, pero consideró que también hay que renovarse y se mostró convencido de que se elegirá a un buen sustituto.
El presidente del Gobierno, quien consideró que, salvo los quince primeros minutos del partido, España dominó el encuentro y pudo haber sentenciado con uno o dos goles más, elogió en concreto el juego de Fernando Torres, que peleó contra dos torres alemanas y no le movieron ni una vez cuando disputaba la pelota en carrera.
Encantado de poder recibir a los jugadores en la Moncloa si es posible, el presidente del Gobierno consideró que el mejor recibimiento será el de la afición.
Debemos disfrutar este momento, porque no es fácil, recalcó.
