La selección española aplastó a Serbia y se mete en la lucha por las medallas disipando las dudas generadas hasta ahora

España lo borda

Los jugadores de la selección española celebran la victoria. (Foto: CHEMA MOYA)
La selección española de baloncesto arrolló a la de Serbia, por 60-90, se clasificó para las semifinales del campeonato de Europa, en el que jugará por las medallas, y dio una auténtica lección en defensa, en ataque y de lo que es el juego en equipo.
Rabia, ganas, entrega. Los jugadores españoles salieron con ganas de resarcirse de los malos resultados y de los errores cometidos hasta este momento y resurgieron en el partido 'de verdad'.

El equipo español sacó la casta de campeón desde el primer instante del partido. Para no dejar el menor atisbo de duda a los serbios. Una canasta de Marc, un triple de Calderón y otro más de Rudy, tres pesos pesados, subieron un fantástico 0-8 al marcador en apenas dos minutos.

Pero mejor que eso, aún, fue la defensa, con un Ricky hiperactivo en la ayuda a Marc sobre Krstic. El marcador no fue haciendo sino reflejar la tremenda superioridad de la selección española.

Rudy, que finalizó el cuarto con 13 puntos, capitaneó el ataque, mientras que en defensa todos brillaron en el trabajo, en la ayuda, en la ausencia de egoísmo.

Al final del cuarto, 5-21. La selección serbia se quedó en sólo cinco puntos, incapaz de superar las líneas españolas.

El segundo cuarto tuvo un nombre propio que hay que escribir, en este caso en mayúsculas: Sergio el 'Chacho' Rodríguez. Templó, mandó, encestó (14 puntos en este periodo) y hasta defendió. Cualquier cosa que se diga del base del Real Madrid en este segundo acto será injusta, porque se quedará corta.

Siguió la defensa estajanovista española, siguieron los buenos movimientos en ataque, siguió el trabajo del equipo y siguió aumentando la ventaja. 28-43 al descanso.

En la reanudación, España no se dejó en el vestuario ninguna de las virtudes que había mostrado hasta ese momento y un 0-10 en cuatro minutos y medio catapultó la ventaja hasta los 40 puntos.

El partido careció de la emoción que transmite un marcador igualado, pero es que sobre la pista sólo existió un equipo, el de España, que hizo y deshizo a su antojo y que pudo permitirse el lujo de ir reservando jugadores pensando en la lucha por las medallas.

Juan Antonio Orenga, siguió repartiendo minutos entre todos sus jugadores. El partido estaba decidido y había que pensar en la lucha por las medallas. España lo bordó.

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