FUNERAL

Multitudinario y emotivo último adiós al piloto Dani Rivas en Moaña

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photo_camera Familiares, amigos, compañeros de profesión y representantes del mundo político han dado esta tarde el último adiós al piloto gallego Dani Rivas. (EFE)

Más de mil personas asistieron a la misa funeral, de cuerpo presente, del deportista, fallecido en un accidente en Laguna Seca

Familiares, amigos, compañeros de profesión y representantes del mundo político han dado esta tarde el último adiós al piloto gallego Dani Rivas, en una multitudinaria y emotiva ceremonia celebrada en el pabellón de Reibón, en la localidad pontevedresa de Moaña, de donde era natural el deportista.

Más de mil personas han asistido a la misa funeral, de cuerpo presente, del deportista.

En el exterior del polideportivo se han concentrado, además, centenares de vecinos que no han podido entrar, al completarse el aforo antes de que comenzara la ceremonia.

Tras los actos litúrgicos, el padre del piloto fallecido, José Luis "Willy" Rivas, se dirigió al público para decirles que "mi hijo se ha ido, nos ha dejado, pero estamos ante el nacimiento de una leyenda".

Acto seguido, con la voz entrecortada, el progenitor afirmó que su hijo tiene "la mejor madre del mundo", arrancando los aplausos de los asistentes, entre ellos el piloto americano Szymon Dziadzia, quien había conocido al piloto moañés en EEUU y viajó para acompañar a su "amigo" en su último día.

"Willy" se enfundó entonces en un cariñoso y emotivo abrazo con su ex mujer e hija, justo antes de que hicieran rugir la moto en la que Dani Rivas había perdido su vida en el circuito estadounidense de Laguna Seca.

Fueron su padre y los pilotos Aleix Espargaró y Julián Simón los encargados de darle gas, hasta en tres ocasiones, a la BMW con la que el piloto fallecido compitió por última vez, que posaba al lado del féretro, sobre el que apoyaban dos cascos suyos, así como una bandera gallega, otra española y varios trofeos.

Posteriormente, el cuerpo fue trasladado al cementerio de Moaña, escoltado por unos 1.500 motoristas, muchos de ellos amigos, y en buena parte llegados desde diferentes puntos de España para despedir a Dani Rivas, ya un mito.

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