Pereiro: 'En la caída del Agnelo creí que iba a morir'

Oscar Pereiro (Mos, Pontevedra, 36 años) recibió el maillot amarillo del Tour de Francia en octubre de 2007, quince meses después de finalizar la edición de 2006. El ganador inicial, el estadounidense Floyd Landis, fue descalificado por dopaje y el gallego pasó al palmarés como uno de los siete españoles vencedores de la 'grande boucle'.
Una forma de ganar 'atípica' para un corredor de gancho publicitario quien pasó de la muerte a la vida en 2008 cuando sufrió una aparatosa caída en el Col de Agnelo.

Pregunta. ¿Se considera a todos los efectos ganador del Tour?

Respuesta. Me considero ganador del Tour porque lo pone en los papeles. Nunca lo esperé, ni para bien ni para mal. Reconozco que no tenía condiciones para ganarlo. Soy un ganador de Tour atípico, y no lo disfruté como si se hubieran dado las condiciones normales. De todas las maneras, había quedado segundo y tenía un mérito enorme, le eché pelotas.

P. Cómo se enteró de que le daban como vencedor?

R. Estaba de ruta por los periódicos y me dijeron que había un positivo y que sonaba Landis como autor. Hablé con Chente y la verdad es que lo sentí mucho porque Landis había sido mi compañero en el Phonak. Digamos que fui beneficiado por aquello que pasó.

P. Qué supuso para usted?

R. Me cambió la vida. Durante un año se estuvo hablando de mí y fui más conocido que si hubiese ganado desde el principio. Fue negativo porque no pude vivir la entrada en París de amarillo, pero publicitariamente fue lo más rentable de la historia. También hubo rentabilidad económica y la repercusión se reflejó en mis incursiones en el fútbol y en los rallyes.
P. Después de una monumental pájara en Pla de Beret en Montelimar fraguó una escapada de casi media.

R. En Pla de Beret perdí 28 minutos. Un día aciago. Yo reventé, Valverde se cayó y Karpets petó. Había caras largas en el equipo, pero dije que al día siguiente iba a dinamitar la carrera. Chente me lo recordó por la mañana y luego ataqué 18 veces, hasta que nos fuimos 6 para adelante.

P. ¿Cuales han sido sus mejores y peores recuerdos?

R. Los mejores en 2005, ya que lo disfruté mucho, y la victoria en Pau fue brutal. Me quité la espina de una etapa que perdí con Hincapie, en la que me tacharon de correr como un juvenil. Lo peor la caída en el Col de Agnelo, en 2008.

P. Se refiere al día que volvió a nacer

R. Sí, en el momento de la caída di por hecho que me iba a morir y solo quería no tener dolores y no sufrir

P. Y de recuerdo se hizo un tatuaje en el brazo.

R. No dejó de ser uno de los momentos más importantes de mi vida. A partir de ese día empecé a valorar otras cosas de la vida a las que apenas prestas atención. Muchas veces nos preocupamos por tonterías y con estas cosas aprendes.

P. Ahora cómo se vive el ciclismo en una cabina de radio?

R. Lo disfruto mucho. El pasado Tour no me gustó nada, y no dio buena imagen con Froome estuvo sometido a Wiggins, estando más fuerte que él. Hay veces que se hace daño a este deporte, como cuando Schleck y Contador entraron de la mano. Eso no es ciclismo. Sin embargo la Vuelta me encantó.

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