Tragedia rusa a bordo de un maldito Yak 42

Alexander Galimov fue la última víctima en el terrible accidente del Lokomotiv ruso.
Nunca se sabe donde espera la señora de la guadaña. El equipo profesional de hockey sobre hielo ruso Lokomotiv Yaroslavl -con sede a 300 kilómetros de Moscú- despegó el pasado miércoles 7 del aeropuerto local con destino a Minsk (Bielorrusia) para jugar un partido de la Liga Continental. Pero la operación resultó fallida y el aparato, un Yak 42, se precipitó en llamas sobre el río Volga.
Sólo sobrevivió uno de los 45 viajeros, un sobrecargo con mucha fortuna. También se había rescatado a un miembro del equipo técnicamente vivo, el jugador ruso Alexander Galimov, pero las terribles quemaduras sufridas en más del 80 por ciento de su cuerpo precipitaron su muerte hace unos días.

La tragedia nos recuerda con tristeza al año 2003, cuando otro Yakovlev-42D se estrelló en Turquía con 75 pasajeros, 62 militares españoles. Todos murieron. Las siglas de este avión de transporte ruso nos van a parecer ya malditas.

Rebuscando en la historia deportiva recordamos un frío 6 de febrero de 1958, cuando el equipo de fútbol inglés Manchester United despegaba del aeropuerto de Munich con destino a casa. El avión Airspeed AS-57 se estrelló contra una vivienda cercana a la pista.

Murieron 23 de los 43 pasajeros, entre ellos ocho jóvenes jugadores del equipo considerado la alternativa al Real Madrid de Di Stéfano y Puskas.

En Rusia la conmoción fue tal que los clubes de la liga Continental están dispuestos a ceder un jugador para que el Yaroslavl termine la competición. Aquel Manchester pudo ganar 10 años después la Copa de Europa. El Lokomotiv comienza entre lágrimas su propia reconstrucción.

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