La factoría viguesa de PSA Peugeot-Citroën reanudó ayer la actividad con sus 7.500 trabajadores tras el parón vacacional de agosto.
En este mes se hicieron reformas en las líneas de producción para adaptarlas a los nuevos coches que va a empezar a fabricar el próximo año y el grueso de la obra está finalizado, según confirmó ayer la empresa a este diario.
Durante estas últimas cuatro semanas se efectuaron un total de 200 obras de trabajo de mejora de las instalaciones y de útil industrial en los talleres de embutición, ferraje, pintura y montaje para las que la compañía invirtió este año unos 370 millones de euros. Trabajaron unas 250 empresas proveedoras y 2.000 personas -1.500 externas y 500 de la fábrica-.
La totalidad de la planta entrará el próximo mes de octubre en fase de confidencialidad para proteger al máximo los detalles de los vehículos y garantizar con seguridad el proceso de lanzamiento. No obstante, las naves de ferraje y pintura ya lo están desde julio ya que fue en ellas donde se empezó la obra. Entre las medidas a aplicar están la prohibición de teléfonos móviles con cámara u otros dispositivos similares con el fin de evitar captar imágenes del proceso de producción y que lleguen a la competencia, y la restricción de visitas del exterior a la planta de Balaídos.
En cuanto a la actividad para los próximos meses, las línea de las furgonetas trabajará al cien por cien (sábados y domingos incluidos en septiembre y octubre) y la de los monovolúmenes con dos sábados de trabajo y ninguna parada. No obstante, para final de año podría haber alguna, según avanzan los sindicatos.
Los nuevos coches -cuyas preseries (producción inicial muy reducida a modo de prueba) está previsto que comiencen en los próximos meses- son las versiones eléctricas de las furgonetas Berlingo y Partner y los M3 y M4 (nombre industrial), que irán destinados a países emergentes. La factoría los sacará al mercado entre finales de 2012 y principios de 2013 y estima alcanzar las 600.000 unidades anuales y recuperar el pleno empleo -10.000 trabajadores- y el turno de noche en la línea de los monovolúmenes C4 Picasso y Grand C4 Picasso.
Durante estas últimas cuatro semanas se efectuaron un total de 200 obras de trabajo de mejora de las instalaciones y de útil industrial en los talleres de embutición, ferraje, pintura y montaje para las que la compañía invirtió este año unos 370 millones de euros. Trabajaron unas 250 empresas proveedoras y 2.000 personas -1.500 externas y 500 de la fábrica-.
La totalidad de la planta entrará el próximo mes de octubre en fase de confidencialidad para proteger al máximo los detalles de los vehículos y garantizar con seguridad el proceso de lanzamiento. No obstante, las naves de ferraje y pintura ya lo están desde julio ya que fue en ellas donde se empezó la obra. Entre las medidas a aplicar están la prohibición de teléfonos móviles con cámara u otros dispositivos similares con el fin de evitar captar imágenes del proceso de producción y que lleguen a la competencia, y la restricción de visitas del exterior a la planta de Balaídos.
En cuanto a la actividad para los próximos meses, las línea de las furgonetas trabajará al cien por cien (sábados y domingos incluidos en septiembre y octubre) y la de los monovolúmenes con dos sábados de trabajo y ninguna parada. No obstante, para final de año podría haber alguna, según avanzan los sindicatos.
Los nuevos coches -cuyas preseries (producción inicial muy reducida a modo de prueba) está previsto que comiencen en los próximos meses- son las versiones eléctricas de las furgonetas Berlingo y Partner y los M3 y M4 (nombre industrial), que irán destinados a países emergentes. La factoría los sacará al mercado entre finales de 2012 y principios de 2013 y estima alcanzar las 600.000 unidades anuales y recuperar el pleno empleo -10.000 trabajadores- y el turno de noche en la línea de los monovolúmenes C4 Picasso y Grand C4 Picasso.