Las dudas de Alemania amenazan con retrasar la conversión del BCE en supervisor de la eurozona

Los Veintisiete, divididos ante la creación de un banco único

El ministro de Economía, Luis de Guindos, en rueda de prensa tras la reunión del Ecofin. (Foto: KATIA CHRISTODOULOU)
Los Veintisiete se mostraron ayer divididos ante la creación de un supervisor bancario único para la eurozona, diferencias que amenazan el objetivo de Bruselas de tener en marcha este organismo de control a partir del 1 de enero de 2013 y que auguran varios meses de complejas negociaciones.
Los ministros de Economía de los 27 debatieron por primera vez la propuesta de la Comisión, que da poderes al Banco Central Europeo (BCE) para controlar a los 6.000 bancos de la eurozona, imponer multas a los incumplidores e incluso retirarles la ficha bancaria. La discusión a puerta cerrada puso de relieve las grandes diferencias entre los Estados miembros y la dificultad de cumplir el calendario, según fuentes europeas.

Por un lado, el ministro alemán de Economía, Wolfgang Schäuble, reiteró que quiere limitar el poder del BCE a los grandes bancos y mantener bajo su órbita a la banca regional. Además, Alemania, secundada por otros países como Holanda, ve imposible que la recapitalización directa entre en vigor el 1 de enero de 2013 y prefiere que el proceso avance de forma lenta pero con más garantías.

Por otro lado, los países de fuera del euro expresaron sus reservas al refuerzo de los poderes del BCE por considerar que no están representados adecuadamente y podrían quedar excluidos de las decisiones sobre regulación bancaria.


INICIATIVA CLAVE

España, Francia e Italia apoyan el calendario propuesto por Bruselas. El comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, quiere que el BCE supervise ya desde el 1 de enero de 2013 a los bancos que recibieron ayudas públicas, para que entre en vigor la recapitalización directa.

El ministro español de Economía, Luis de Guindos, pidió ayer al Ecofin que cumpla el calendario pactado por los líderes europeos y apruebe antes de finales de año la norma que encomienda al BCE la supervisión de la banca de la eurozona.

Esta iniciativa resulta clave para España porque es la condición para que el rescate bancario de hasta 100.000 millones aprobado en julio se convierta en recapitalización directa y por tanto deje de computar como deuda pública. 'Las dificultades son importantes', admitió el ministro de Economía, 'pero el objetivo tiene que ser por el momento ser ambiciosos y mantener los calendarios establecidos', dijo.

España defiende que 'se incluyan los 27 países' de la UE en nuevo sistema de supervisión bancaria y que el control del BCE se extienda a todos los bancos y no únicamente a los de carácter sistémico para 'evitar situaciones de segmentación y discriminación', añadió.

De Guindos reiteró que cuenta con garantías de la Unión Europea, incluso en el memorándum de entendimiento, de que una vez que entre en vigor, la recapitalización directa se aplicará a España con carácter retroactivo.

A finales de septiembre, la consultora Oliver Wyman hará públicas las cifras de las necesidades de capital de la banca española entidad por entidad. A partir de ahí, comenzarán las inyecciones de capital a medida que se vayan presentando planes de reestructuración.

Las entidades nacionalizadas -Bankia, Catalunya Caixa, Novagalicia Banco y Banco de Valencia- 'van a suponer un porcentaje muy importante del conjunto de necesidades y a finales de este año tendremos un sistema financiero español saneado, con entidades solventes, fuertes y recapitalizadas', subrayó De Guindos.

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