El responsable del fatal despiste quedó en libertad provisional tras su declaración ante la juez

Dos ancianos mueren tras ser olvidados en una furgoneta

Una llamada de teléfono improvisada o una familia que demandaba información hicieron que el encargado de trasladar a dos ancianos a una residencia geriátrica se olvidara de ellos en el interior de una furgoneta, donde ambos fallecieron el pasado sábado. El codirector del centro Virgen del Consuelo de Ciempozuelos (Madrid), Luis Miguel Aranda, responsable del olvido, compareció ayer ante la prensa en una sala de esa misma residencia.
Visiblemente nervioso y emocionado, el hombre explicó algunos pormenores del suceso, ocurrido el sábado pasado y que terminócon la muerte de dos ancianos en silla de ruedas y con demencia senil, de 83 y 87 años, el primero de Lugo. Señaló que el sábado llegó a la residencia con la furgoneta del centro que empleaba para el traslado de ancianos y que, en primer lugar, se ocupó de los 'abuelos con alzhéimer', de modo que 'como siempre, como medida de prevención, se les llevó a la sala habilitada donde están los trabajadores del centro'.

Tras esa acción, Aranda suele bajar de nuevo al aparcamiento para ocuparse de los otros pacientes, que estaban en la furgoneta en silla de ruedas. Sin embargo, se produjo 'una llamada de teléfono o una familia que demandaba información' que le distrajo. 'Fue la que me apartó de mi rutina', dijo.

Estos pacientes del centro de día 'son abuelos que a veces vienen, a veces no', explicó Aranda, por lo que los trabajadores no los echaron en falta: 'incluso en el parte diario figuraba que no habían venido'. Comentó también que fue él mismo quien encontró a los ancianos fallecidos cuando volvió a recoger la furgoneta, tiempo después, pero sin precisar cuánto había transcurrido.

Luis Miguel Aranda, que el mismo sábado cumplió 47 años, admitió que está imputado en el caso, por dos delitos de homicidio por imprudencia, según fuentes de la Guardia Civil. El hombre compareció ante la titular del Juzgado de Primera Instancia de Valdemoro, que dictaminó su puesta en libertad con cargos a la espera de ser llamado nuevamente a declarar, puesto que Aranda reconoció los hechos, tiene arraigo en la zona y no hay riesgo de fuga.

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