ESPAÑA

"Disparaban a todo lo que se movía", relatan los supervivientes de Túnez

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photo_camera Grupo de turistas, a su llegada a Barcelona.

Los turistas españoles que sobrevivieron al ataque terrorista manifiestan a su llegada a Barcelona estar vivos "de milagro"

Hablo y veo lo que no quiero ver", rememoró ayer en Barcelona con lágrimas en los ojos Galina Vronskays, una de las supervivientes del atentado en Túnez que se encontraba en el autocar que fue ametrallado y que lleva en la cara la herida que le causó una bala rebotada. Galina, una ciudadana bielorrusa afincada desde hace 20 años en Barcelona, es una de las supervivientes del atentado que desembarcó del MSC Splendida en el puerto de Barcelona y que subrayó que están vivos "de milagro".

Una multitud de periodistas de todos los países les esperaban bajo una tormenta de viento para que explicaran su traumática experiencia, pero solo unos siete de ellos se sintieron capaces de hacerlo y se pararon a hablar con la prensa. Éste fue el caso de Galina y de su hija Victoria, que son dos de las 700 personas que finalizaron ayer su viaje en Barcelona.

"Nos apetecía mucho hablar con vosotros -la prensa-, la gente tiene que contar", aseguró Victoria, que reconoció que el jueves estaban "muy fuertes" pero que ayer lo estaban menos. Victoria Vronskays relató a los medios cómo salvaron la vida: "Estábamos sentadas comiendo algo, oímos algo como petardos, giramos la cabeza y vimos dos personas en las escaleras a las que les estaban disparando por la espalda. No tiramos de golpe al suelo. En ese instante esas dos personas mueren".

Pisando cuerpos

Victoria explicó que llamó al teléfono de emergencias de la naviera MSC explicando que estaban siendo víctimas de un ataque terrorista y pidiendo ayuda, y que al cabo de un minuto, en medio de las ráfagas de disparos, la volvieron a llamar pidiéndole que lo volviera a explicar. Galina está convencida de que los terroristas no entraron en el autocar porque no las vieron y porque "el asesino no quería pisar a las dos personas muertas en la escalera", lo que ellas tuvieron que hacer para poder refugiarse en el museo del Bardo.

Apenas conocían a la pareja de españoles fallecidos, el matrimonio de jubilados Antonio Cirera y Dolores Sánchez, pero habían tratado bastante con la familia colombiana que perdió a dos de sus miembros, una mujer y su hijo. Los que sí que conocían mucho a las dos víctimas mortales españolas eran el grupo del alcalde de Vallmoll, Josep Lluis Cusidó, los otros supervivientes que accedieron a hablar con la prensa y que relataron que estaban a punto de subir al mismo autocar, de 40 plazas, cuando vieron cómo caían a su lado los primeros muertos y heridos.

Cusidó explicó que huyó escaleras arriba, "corriendo como nunca", y se refugió en un balcón del tercer piso mientras veía cómo los terroristas "disparaban a todo lo que se movía". Su mujer y las otras dos parejas de parientes con las que viajaban  se refugiaron en la habitación en la que se hallan las cámaras de seguridad.

en un armario

María José López, prima de la esposa de Cusidó, no supo decir cuántas personas se refugiaron durante horas en esta habitación, sin cobertura telefónica y temiendo que entraran y les ametrallaran. "Escondimos a dos niñas del Costa -el otro crucero- en un armario. No salimos hasta que nos lo dijo la policía, que nos llevó al Parlamento", explicó María José.

Victoria, Galina, María José, Josep Lluís Cusidó, su mujer Catalina y sus primos Miquel Espelt e Ines Parra reconocieron que el jueves, ya en el barco, mientras esperaban para zarpar, aún tenían miedo de sufrir otro ataque y ya preveían que al llegar a casa les "saldrá todo". Coincidieron en criticar el trato que les ha dado la compañía propietaria del barco, MSC, aunque agradecieron la atención del personal. "Cuando llegamos solo queríamos un hombro en que llorar y no fue así", lamentó el alcalde de Vallmoll, que señaló que se quejó al capitán y que éste se disculpó, como hacía ayer la compañía.

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