España celebra el final de la acción militar de EEUU en Irak y de una 'guerra ilegal' que 'nunca' debió ocurrir

El Gobierno español ha calificado de 'positivo' el fin de la intervención militar estadounidense en Irak y, por tanto, de 'una guerra ilegal, que nunca se debió producir' y que acabó por traducirse en un 'desastre bélico' tanto para Estados Unidos como para el propio Irak.
'Nos alegramos de que se ponga fin a este desastre bélico', declaró este viernes el secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido. 'Esperemos que nunca vuelva a producirse y que nunca vuelva a producirse las violaciones de Derechos Humanos a los que se ha asistido en estos nueve años de tragedia en Irak', añadió a la prensa a su llegada a la reunión de los Veintisiete para analizar los fondos de cohesión para el periodo 2014-2020.

López Garrido ha insistido en que 'se trató de una guerra ilegal, que nunca se debió producir'. 'Fue una intervención que nunca se debió hacer y que ha estado plagada de violaciones de los Derechos Humanos, de decenas de miles de muertos y de consecuencias profundamente dañinas desde el punto de vista económico, desde luego tanto para Irak como para los propios Estados Unidos', ha recalcado.

El Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero anunció la retirada inmediata de las tropas españolas de Irak el 18 de abril de 2004, un compromiso que asumió de forma pública antes de llegar al poder, en marzo de 2003.

El Ejército estadounidense ha concluido oficialmente este jueves su intervención militar en Irak recogiendo una bandera militar en un acto en Bagdad en el que ha participado el secretario de Defensa, Leon Panetta, casi nueve años después de la invasión que derrocó a Sadam Husein.

Los últimos 4.000 soldados estadounidenses que quedan en Irak se retirarán a finales de este año, y las autoridades y las fuerzas iraquíes tendrán que hacer frente en solitario a la insurgencia, las tensiones entre distintas comunidades religiosas y la incertidumbre política.

Casi 4.500 soldados estadounidenses y más de 100.000 iraquíes han muerto durante la guerra, que comenzó con una campaña de ataques con misiles sobre Bagdad y después derivó en un enfrentamiento entre los chiíes, que son mayoría y vivieron oprimidos durante mucho tiempo, y los suníes, quienes los gobernaban.

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