La ausencia del cabeza de lista para las europeas mantiene expectantes y nerviosos a los 'populares'.
Quince días le quedan ya solo a Mariano Rajoy para elegir al cabeza de lista del PP en las elecciones europeas, una cita clave por tratarse del primer test para el partido tras conquistar La Moncloa y ante la que los "populares" temen, sobre todo, la abstención de su propio electorado. La ausencia de un rostro visible en el PP para los comicios del 25 de mayo ha sido motivo en las últimas semanas de toda clase de críticas por parte de la oposición: que si a los populares no les interesan estas elecciones, que si nadie se atreve a dar la cara en defensa de la política del Ejecutivo...
Y mientras, en el PP, aunque persisten la expectación y el nerviosismo por conocer al candidato, muchos ven ya como un acierto la estrategia de no haberlo dado aún a conocer: los otros no tienen contra quién cargar. Así lo admiten varios dirigentes consultados por Efe. El partido está haciendo una precampaña hablando solo de "los temas que preocupan a la gente" y vendiendo un mensaje claro, el de que "solo con el PP" España es más fuerte en Europa y puede seguir avanzando hacia la recuperación.
Y mientras no hay candidato conocido, es el propio Rajoy el que abandera, por el momento, este mensaje, y así lo hizo el sábado cuando clausuró la intermunicipal del PP en Valencia. Eso sí, en medio de sus reflexiones sobre Europa, Rajoy dejó caer el nombre que más suena en todas las quinielas como el elegido para encabezar la lista del partido para Bruselas: Miguel Arias Cañete. El hecho de que Rajoy citase a su ministro de Agricultura y destacase sus logros y sus aptitudes negociadoras en la UE pareció como una última pista antes de desvelar el misterio.
Cañete o una sorpresa
Además, a medida que pasan los días, el nombre de Cañete es el único que se atreven ya a pronunciar la mayoría de los populares consultados, y admiten que si finalmente es otro el elegido se llevarán una sorpresa. Y aunque los rumores sean difíciles de desactivar parece que quedan atrás otros nombres que han sonado en las últimas semanas como la ministra Ana Pastor, el vicesecretario de Estudios y Programas Esteban González Pons o incluso el titular de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón.
En cualquier caso, ya queda menos. Rajoy tendrá que haber tomado su decisión antes del 21 de abril, aunque en la dirección del partido creen que lo hará antes de las vacaciones de Semana Santa.
Mientras, los populares siguen empeñados en comparar su gestión en Europa a la de los socialistas, y apenas hablan de las formaciones más pequeñas que también concurren a las urnas y que tienen, según las encuestas, claras posibilidades de medrar, como es el caso de IU y UPyD. Y si los citan, es para menospreciarlos. Parte de la estrategia del PP pasa por hacer ver que ésta es una batalla a dos con el PSOE y que los partidos pequeños no cuentan porque ni importan ni "pintan nada" en Europa.
Pero lo que preocupa sobremanera en el partido es que los suyos no vayan a votar. La abstención en unas europeas suele ser elevada, y en este momento de desafección podría ser histórica. Y eso es algo que sabe el PP, aunque teme especialmente que sus propios votantes, tradicionalmente más fieles que los de otros partidos, se queden también, en esta ocasión, en casa.
