PRISIÓN

Ocho meses por dar con la correa del perro a su padre, enfermo de alzhéimer

La acusada comenzó a discutir con su madre sobre las tareas del hogar, y le dijo que "ojalá se muriera" y la insultó a ella y a su padre

La Audiencia cántabra ha confirmado la pena de ocho meses de cárcel a una mujer que, estando ebria, golpeó con la correa del perro en la cabeza a su padre, de 77 años y diagnosticado de alzhéimer, tras una riña con su madre.

La sección tercera de la Audiencia ha ratificado el fallo que ya impuso el Juzgado de lo Penal número 2 de Santander, tras rechazar el recurso de la acusada.

Según se recoge en la sentencia, esta persona, María Luisa G.C., cometió esos hechos en septiembre del pasado año, cuando estaba en el domicilio familiar de sus padres donde residía desde hacía ocho meses.

La acusada comenzó a discutir con su madre sobre las tareas del hogar, y le dijo que ojalá se muriera y la insultó a ella y a su padre.

Se fue después a su habitación con su hija de 13 años pero, al oír la riña, su padre, de 77 años y con alzhéimer, fue a ese cuarto e intentó abrir la puerta.

La acusada le golpeó en la cabeza con la correa del perro y le hizo un leve arañazo, y también le tiró por encima un bote de purpurina y dos huevos.


El hombre tuvo que ser atendido de sus lesiones en el centro de salud.

Por estos hechos el Juzgado condenó a la mujer por un delito de violencia doméstica y una falta de injurias, pero le aplicó la atenuante de embriaguez.

Por el delito, el juez le impuso ocho meses de cárcel y la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de sus padres y de comunicarse con ellos durante dos años.

Por la falta, la condena fue de seis días de localización permanente, y también la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de sus padres y de comunicarse con ellos por cuatro meses.

La sentencia también obliga a este acusada a indemnizar al Servicio Cántabro de Salud por la asistencia médica que recibió su padre.

La acusada recurrió este fallo, e incidió en supuestas contradicciones del testimonio de su madre, negó que agrediera a su padre y aseguró que fue su hija la que tiró purpurina y huevos al abuelo.

Pero la Sala llega a la misma conclusión que el juez de primera instancia y, como ya hizo ese magistrado, da "plena credibilidad" a la declaración de la madre de la acusada.

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