Intenta crear 'pasarelas' que faciliten el paso del Bachillerato y la ESO a la Formación Profesional

Plan de Educación para frenar el abandono escolar temprano

El ministro de Educación Ángel Gabilondo es uno de los principales defensores de la reforma. (Foto: ARCHIVO)
Los graduados de ESO y Bachillerato tendrán preferencia frente a otros alumnos para matricularse en FP de ciclo medio y superior, respectivamente, cuando los centros reciban más solicitudes que plazas disponibles, según la reforma que aprobará el Consejo de Ministros mañana previsiblemente.
El Real Decreto de modificación de la FP, planteada por la Ley de Economía Sostenible, establece un curso 'puente', con contenidos comunes del Bachillerato, para que los titulados de grado medio puedan acceder al superior. Hasta ahora, para cursar FP superior había que tener aprobado el Bachillerato o acceder por una prueba. La idea, según apuntaron ayer desde el Ministerio de Educación, es que no haya vías cerradas, sino 'pasarelas verticales y horizontales' que faciliten la continuación de los estudios.

Cuando la demanda supere a la oferta de plazas de FP superior, entre el 60 y 70 por ciento serán para los bachilleres; del 30 al 40 por ciento, para los de FP media que hayan superado el 'curso puente'; y hasta un 10 por ciento para los que accedan por otras vías (prueba). En las mismas circunstancias, los graduados en ESO tendrán preferencia para ocupar entre el 60 y el 70 por ciento de las plazas de FP media; del 30 al 40 por ciento serán para aquellos que hayan superado al menos los módulos formativos obligatorios de los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI); y hasta un 10 por ciento serán por concurso o prueba de acceso.


FLEXIBILIZAR EL SISTEMA

Adicionalmente a los ciclos formativos medios y superiores de FP, la reforma incorpora los módulos profesionales de los PCPI (para alumnos de ESO a partir de 15 años), cursos de especialización para titulados de FP y un incremento de la oferta semi-presencial o a distancia de la plataforma 'on line' del Ministerio de Educación, en la que habrá un centenar de títulos al terminar 2011.

Ésta se considera adecuada especialmente para quienes necesiten formación complementaria a las competencias reconocidas como adquiridas por la experiencia laboral.

Las administraciones educativas podrán ofrecer módulos profesionales parciales; y se evaluará la formación de las empresas para mayores de 20 años que sea compatible con el trabajo. Los centros podrán organizar programas formativos 'a la carta' para mayores de 17 años que dejaron la escuela sin cualificación profesional, que podrá ser en colaboración con las empresas por acuerdos con las administraciones laborales.

La reforma de FP y la que modifica la regulación de cuarto de ESO, serán de implantación obligatoria en el curso 2012-2013, aunque las CCAA podrán adelantar algunos aspectos para el próximo curso.

Según fuentes ministeriales, se trata de flexibilizar el sistema educativo para que nadie lo abandone sin la formación imprescindible, ya que 900.000 jóvenes de entre 18 y 30 años están desempleados y sin cualificación, de los que 600.000 dejaron la escuela prematuramente en la época del 'ladrillo'. El ejecutivo pretende así paliar el fracaso escolar que sufre España.

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