ANÁLISIS

Presente y futuro de Portugal, destino compartido con Galicia

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La economía portuguesa continúa con su particular senda de crecimiento auspiciada por el progresivo fortalecimiento de la economía europea en la que se encuentran sus principales socios comerciales

Las condiciones de financiación se mantienen en una situación claramente acomodaticia en el conjunto de la eurozona aunque en algunos países persistan ciertas dudas sobre la solvencia y fiabilidad del sistema bancario, en especial los del sur de Europa como Italia y España, e incluso el propio Portugal, donde todavía se perciben problemas de rentabilidad y solvencia en los balances de algunas entidades financieras.

HORIZONTE DE CRECIMIENTO
En este escenario de leve recuperación, la economía portuguesa ganaría dinamismo para el presente ejercicio y el siguiente, apoyada tanto en el buen comportamiento del consumo privado como por la previsible reactivación de la inversión a lo largo de los años 2017 y 2018. Las mejores condiciones de financiación descontadas en los mercados y una mayor provisión de fondos procedentes de Europa son en buena medida responsables de la tendencia alcista.

Una mejora que se sustenta también en un superávit comercial que mantiene el país luso con el exterior después de haber contabilizado ganancias de competitividad gracias a la moderación salarial experimentada en el seno de la economía lusa durante los peores años de la crisis. Las exportaciones en el país vecino pasaron de representar un 27% del PIB en el año 2005 a un 44% en el año 2016.

Esa contención salarial, consecuencia de las ambiciosas reformas laborales que se acometen en el país a partir del año 2011 y que permitieron rebajar la tasa de paro por debajo del 10% de la población activa, habiendo llegado a alcanzar el 18% en los peores momentos de la crisis. Dicha recuperación ha supuesto asumir una cierta precariedad en relación a su elevada tasa de paro juvenil (24,4% a comienzos de 2017) y a que más de la mitad de los desempleados son de larga duración (los que contabilizan más de un año en paro). Esta estrategia de contracción salarial no hace más que condenar a esta sociedad a que subsista la tradicional polarización y gap en rentas que siempre ha habido entre las diferentes clases sociales.

La economía portuguesa se enfrenta a la era de la digitalización en una economía cada vez más globalizada y en el que las empresas portuguesas adolecen de un problema de tamaño, aunque el ímpetu exportador experimentado en su economía en los últimos años ha conseguido ampliar el rango de sectores con capacidad de venta al exterior. La excesiva regulación y burocracia del entramado institucional ha impedido alcanzar el adecuado dimensionamiento de las empresas portuguesas con el que encarar el desafío económico del presente siglo.

El hecho de que las compañías deban alcanzar un cierto tamaño para afrontar con ciertas garantías los retos de la globalización se asienta en la necesidad de incrementar la productividad, la flexibilidad interna que le confiere a sus trabajadores y una mayor capacidad de llegar a la financiación y así poder generar suficiente capital tecnológico a través de los programas de I+D.

CAPTACIÓN DE EMPRESAS
Es por ello que el Gobierno del país vecino está apostando firmemente por políticas de atracción de empresas de cierto tamaño con las que proporcionar mayor consistencia a un tejido productivo demasiado atomizado y disperso. El caso más reciente es el que se refiere al fabricante de automóviles eléctricos Tesla, compañía en pleno proceso de expansión y con un enorme interés por implantar su primera factoría en Europa. 

Fruto de esa estrategia es la buena disposición de suelo y las muchas facilidades que está ofreciendo Portugal para la progresiva implantación industrial en su territorio, aprovechando las buenas conexiones y su condición de plataforma de acceso a mercados de la orbita lusófona, así como la competencia en costes que ofrece su economía en relación a la española y a las del resto de socios europeos.

Ante esa ventaja comparativa, se ha fraguado en el país vecino una relación comercial con una Cadena de Valor muy representativa para la economía gallega con especial inflexión en el Textil, recordemos que Inditex produce en Portugal casi la sexta parte de la ropa que distribuye por todo el mundo, dentro de su estrategia de “mercado de proximidad” en el que basa la fabricación de sus prendas. 

Otro sector que se ha visto afectado por la estrategia llevada a cabo en Portugal, en cuanto a la localización de actividad dentro de sus fronteras, es el de la automoción, la cual ha incrementado progresivamente la presencia de multinacionales del sector gracias a las ventajas de carácter económico ofrecidas por este. Aún así, la generación de Valor añadido que se produce en el entramado productivo en Galicia garantizará que nuestras plantas no se queden al margen de la Cadena de Suministro del propio sector, en base al Know-How y la apuesta por la innovación y mejora continua que detenta el panel de proveedores existente en nuestra Comunidad Autónoma, capitaneado por un Clúster como CEAGA, tremendamente implicado con la competitividad del sector.

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