Un hombre disparó desde su casa accidentalmente un arma que había encontrado en la calle y el proyectil impactó en la cama de un niño de cinco años que se encontraba durmiendo. Apenas unos centímetros separaban el proyectil del pequeño, al que no le sucedió nada. La Policía Nacional detuvo al autor de los hechos, un hombre de 55 años sin antecedentes que vive en un edificio de varias plantas a unos escasos 50 metros de la urbanización donde se produjo el impacto.
Los hechos tuvieron lugar el pasado 10 de noviembre cuando un padre fue a despertar a su hijo y vio varios trozos de cristal en el suelo y en la cama del niño, y tras observar con detalle la estancia comprobó que había un orificio en la persiana, en la ventana y en el colchón.
La Policía comprobó los daños descritos, y en la primera inspección ocular, localizaron incrustados en la cama donde dormía el menor los restos de un proyectil. Posteriormente, miembros de las policías científica y judicial se entrevistaron con los inquilinos y comprobaron los daños, en base a los cuales pudieron calcular la trayectoria del proyectil y las características del mismo.
Con la información recabada, dedujeron que el disparo pudo provenir de la planta alta de un edificio de la calle Toledo a unos 50 metros de distancia de la urbanización.
La unidad de delincuencia especializada y violenta se entrevistó con varios vecinos del inmueble y cotejó diversos datos con el servicio de intervención de armas, hasta dar con un sospechoso. La semana pasada, los investigadores identificaron al detenido, quien explicó que durante un paseo por las inmediaciones de la iglesia de los Picos encontró entre unos matorrales una bolsa de plástico que contenía el arma y la munición descritas. Una vez en su casa, se le disparó de forma accidental cuando la estaba manipulando.
La Policía comprobó los daños descritos, y en la primera inspección ocular, localizaron incrustados en la cama donde dormía el menor los restos de un proyectil. Posteriormente, miembros de las policías científica y judicial se entrevistaron con los inquilinos y comprobaron los daños, en base a los cuales pudieron calcular la trayectoria del proyectil y las características del mismo.
Con la información recabada, dedujeron que el disparo pudo provenir de la planta alta de un edificio de la calle Toledo a unos 50 metros de distancia de la urbanización.
La unidad de delincuencia especializada y violenta se entrevistó con varios vecinos del inmueble y cotejó diversos datos con el servicio de intervención de armas, hasta dar con un sospechoso. La semana pasada, los investigadores identificaron al detenido, quien explicó que durante un paseo por las inmediaciones de la iglesia de los Picos encontró entre unos matorrales una bolsa de plástico que contenía el arma y la munición descritas. Una vez en su casa, se le disparó de forma accidental cuando la estaba manipulando.
