El presunto homicida disparó con una pistola sobre las dos mujeres. Poco después fue detenido sin resistencia por la Guardia Civil. La discusión por una escalera desencadenó el crimen
Una vecina de Vigo, Genoveva Gil Rodríguez, de 63 años, y su hija Noelia, de 24, murieron este viernes abatidas a tiros en una finca familiar en Soutomaior. El presunto autor del doble homicidio Miguel, de 52 años, hermano y tío de las víctimas, fue detenido poco después del suceso por la Guardia Civil.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 15,30 horas en el exterior de la vivienda del detenido, una finca en Monte Coello, en la parroquia de Lourido, donde un vecino, testigo de los hechos, dio la voz de la alarma. Genoveva se había trasladado desde Barreiro, en Vigo, donde reside con su pareja. Su hija, afincada en Padrón, pasaba unos días de vacaciones. En Soutomaior tienen una pequeña finca con perros y habían acudido a darles de comer.
El fatal desenlace, cuyas circunstancias se están investigando, se produjo tras una discusión con el detenido a causa de una escalera y otos efectos que éste había sustraído a las víctimas. Las mujeres acudieron a la vivienda del detenido para solicitar la devolución de los objetos, momento en el que se produjo la discusión y a raíz de la cual abrió fuego contra las mujeres. La Guardia Civil confirmó que tras la llamada de un vecino, los agentes se personaron en la zona, donde fueron hallados los cadáveres de las dos mujeres y acto seguido, en su vivienda, algo alejada, fue arrestado el presunto agresor. El hombre había escondido el arma, una pistola con munición, en una alcantarilla que posteriormente fue descubierta por los agentes.
Miguel es el menor de cuatro hermanos y mantenía ciertas rencillas con la víctima, que terminaron de la peor forma posible.
Una de las hermanas de Genoveva llamaba a su pareja a Vigo y le daba la peor de las noticias. Hasta la zona se desplazaron agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Vigo y Pontevedra, encargados de la investigación. Los agentes acordonaron el acceso al lugar del crimen, que fue objeto de inspección ocular, mientras el juzgado de Redondela autorizaba el levantamiento de los cadáveres.
El detenido no opuso resistencia ni trató de huir del lugar. Allegados de la familia aseguraban en declaraciones a este diario, que tenía ciertos problemas y que las relaciones no eran buenas, si bien nadie pensaba que pudiera terminar de forma tan trágica.
Los cuerpos fueron trasladados al Nicolás Peña donde hoy se realizará la autopsia.
