Miles de hectáreas, arrasadas en otro día trágico para Galicia

photo_camera Una joven se proteje ante el humo por la combustión de un aserradero en As Neves.

La llegada de la lluvia ayuda a sofocar parte de los incendios, que han dejado cuatro víctimas mortales

La comunidad gallega volvió a vivir ayer otra jornada de lucha titánica contra las llamas debido a la ingente actividad incendiaria, supuestamente provocada, que se suma a una prolongada sequía, que podría remitir con las primeras lluvias, y a la llegada del fuego que salta el río Miño desde Portugal. El último parte oficial de la Xunta informaba de 60 incendios que aún no habían sido apagados en la tarde de ayer, 40 de ellos activos, 14 controlados y otros 6 estabilizados, mientras que, de ese global, en ocho seguía en vigor la "situación dos", que se declara por proximidad a las viviendas y cuando hay un riesgo real para la población.

Esta medida preventiva afectaba a las provincias de Lugo (Donís y Noceda, en el municipio de Cervantes) y Ourense (Boborás-Albarellos, A Gudiña, Paradellas-Parada de Sil, Betán-Baños de Molgas, Cantoña-Paderne de Allariz y Araúxo-Lobios), a donde no han llegado las esperadas precipitaciones.

Las condiciones meteorológicas, con un manto de nubes muy bajo, están dificultando las operaciones de aviones y helicópteros, tal y como reconoció el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que ayer se desplazó a Galicia para supervisar sobre el terreno las consecuencias de esta oleada incendiaria que se cobró la vida de cuatro personas. Dos mujeres que iban a bordo de una furgoneta han fallecido en la aldea de Chandebrito, en Nigrán (Pontevedra), al verse acechadas por la lumbre; otro hombre pereció en Carballeda de Avia (Ourense) cuando trataba de socorrer a sus animales domésticos y a su ganado y un cuarto murió en la población viguesa de San Andrés de Comesaña, por una caída desafortunada al tratar de apagar un fuego en una vivienda.

Cerco a los causantes

El jefe del Ejecutivo central indicó, tras visitar el centro de mando instalado en Pazos de Borbén (Pontevedra), que lo que está ocurriendo en Galicia, donde se activó además el protocolo de contaminación atmosférica, "no se produce por casualidad; esto ha sido provocado", razón por la que ha pedido estrechar el cerco sobre los causantes.

En idénticos términos se expresó el máximo mandatario autonómico Alberto Núñez Feijóo, después de una reunión extraordinaria de su gabinete tras la cual se supo que se decretaban tres días de luto oficial. "Nos atacaron indiscriminadamente y no pudieron hacer más daño", "Galicia no arde sola, a Galicia la queman", "terrorismo incendiario" y "hubo una intensa intención de hacer daño" fueron algunas de sus reflexiones durante una comparecencia pública ante los medios de comunicación.

Su responsable de Medio Rural, Ángeles Vázquez, pidió comparecer hoy de manera urgente en el pleno ordinario que se celebrará en el Parlamento para aportar detalles sobre lo ocurrido.

El Rey trasladó su solidaridad y apoyo tanto a Núñez Feijóo como al presidente de Asturias, Javier Fernández, y al de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, por los graves incendios registrados en estos territorios. Felipe VI telefoneó el domingo a Núñez Feijóo ante la magnitud de la tragedia que azotó a numerosos puntos de Galicia y que arrasó miles de hectáreas de bosque, algunas en zonas de alto valor ecológico, como Os Ancares, la Ribeira Sacra, el Xurés y O Courel. 

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