El descenso de la natalidad tiene una influencia negativa sobre el cuidado que reciben los mayores

¿De qué nos morimos?

Las tres principales causas de muerte en personas mayores son corazón, cáncer o enfermedades degenerativas. Las estadísticas dan un notable incremento en demencias y un descenso de muertes por enfermedades cardiovasculares. El cambio se debe más a los avances en prevención que al cuidado de la dieta, que en Galicia sigue tan contundente como en el pasado. Los hábitos de vida saludables y el consumo de vegetales y frutas son la mejor receta para retrasar la muerte.
¿De qué mueren los gallegos? De lo mismo que el resto de los españoles y la mayoría de los países europeos. El cáncer y los problemas cardiovasculares son la principal causa de muerte en los países desarrollados, según el Atlas Mundial de la Salud. La incidencia de estas enfermedades irá en aumento según los últimos estudios científicos, que estiman que en 2050 las patologías cardíacas serán las responsables de una tercera parte de los fallecimientos. La prevalencia mundial de las enfermedades mentales en 2020 será del 24%.

La comunidad gallega no es una excepción, pero la situación admite matices. El último informe de Datos Estadísticos Básicos de Galicia contabiliza 29.300 defunciones en 2006; más de diez mil se debieron a enfermedades del sistema circulatorio, ocho mil fueron provocadas por tumores y más de tres mil por dolencias relacionadas con el sistema respiratorio. Esas son las tres principales causas de muerte, pero la lista es amplia: causas externas y accidentes, patologías del sistema digestivo, enfermedades del sistema nervioso y de los órganos de los sentidos, trastornos mentales y del comportamiento, problemas nutricionales o de metabolismo, problemas del sistema genital y urinario, e infecciones.

Los especialistas en Gerontología coinciden en que las tres principales causas de muerte son las cardiopatías, el cáncer y las enfermedades degenerativas, pero alertan de posibles incorrecciones. ‘Algunas estadísticas se hacen a partir de los certificados de defunción y ahí casi siempre figura como primera causa el paro cardíaco, para cardiorrespiratoria o fallo respiratorio. A veces los certificados de defunción son firmados por médicos que no conocen la patología de los enfermos’.

El riesgo de la soledad

Una parte importante de los fallecidos son mayores que vivían solos. ‘No es que mueran directamente porque sufran un accidente cardiovascular, sino porque no pudieron llegar a tiempo al hospital para recibir una atención adecuada’, apunta el médico Juan Freire.

En lo que coinciden casi todas las estadísticas es en el descenso de muertes por enfermedades cardiovasculares y el aumento de fallecimientos por demencias y problemas cognitivos. No hay una detección precoz, la capacidad de control es muy redu cida y los programas de prevención presentan demasiadas carencias; el 50% de las personas mayores de 90 años padece una demencia, que en muchos casos no está diagnosticada.

Los sociólogos alertan de que las enfermedades mentales siguen estigmatizadas y se atribuyen a ‘cosas de la edad’. Las personas con demencia, en la mayoría de los casos, no reciben de su entorno el mismo trato que un enfermo de cáncer o una persona que ha sufrido un infarto.

Al margen de cuestiones gené ticas que influyen en la esperanza de vida, los principales factores de riesgo están vinculados al consumo de tabaco y alcohol, la hipertensión arterial y la inactividad física.

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