Muere de un infarto del ex cuidador del mediático oso Knut

Thomas Doerflein con el oso Knut, en una imagen de marzo del 2007.
El ex cuidador del oso polar Knut, Thomas Dorflein, murió de un infarto, informó la Fiscalía de Berlín, un día después del fallecimiento de quien se ganó el corazón de millones de personas en su función de ‘madre adoptiva’ del mediático plantígrado.
Dorflein, de 44 años, murió repentinamente en una vivienda berlinesa al sufrir un paro cardíaco, como consecuencia de una trombosis, indicaron fuentes de la fiscalía.

La noticia de la muerte, ayer, iba revestida de cierto misterio, puesto que inicialmente la policía no informó de sus causas y simplemente señaló que no había indicios de suicidio o de intervención de otra persona.

Algunos medios recordaron que el cuidador sufría una larga enfermedad y dieron por hecho que la muerte ocurrió en casa de su compañera sentimental.

La prensa, empezando por el popular ‘Bild’, dedica hoy grandes espacios a Dorflein, con imágenes de los primeros meses de vida de Knut, en las que se le ve alimentándole, jugando y nadando con el osezno en la piscina del zoo.

Diversas personalidades, como el alcalde-gobernador de Berlín, el socialdemócrata Klaus Wowereit, y el ministro de Medioambiente, Sigmar Gabriel, transmitieron ayer sus mensajes de condolencia por el fallecimiento.

‘Bild’ apunta incluso que Knut, que ya es un animal adulto, guardó ayer a su manera luto y se refugió en su cueva, presuntamente porque su instinto le dijo que su ‘madre adoptiva’ había muerto.

La imagen del cuidador se hizo en su momento casi tan famosa como la de Knut, el oso polar que nació en cautividad en diciembre de 2006 y al que su madre rechazó, por lo que fue preciso alimentarlo con biberón en sus primeros meses de vida.

El animal se erigió en poco tiempo en mascota oficiosa de Berlín y también de la lucha contra el cambio climático, en tanto que representante de una especie amenazada.

En los primeros meses de vida, Knut y su cuidador hacían varios ‘pases’ diarios para los visitantes del zoo, que se agolpaban ante el recinto destinado al más famoso oso polar del mundo.

Al cumplir un año, Dorflein fue separado del animal, puesto que había dejado de ser un tierno osezno y se temía que cualquier ‘despiste’ jugando le acarrease estragos físicos.

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