El monovarietal de Terras Gauda es el único vino de esta bodega que se presenta a concursos, y ha ganado más de cien en sus 25 años
Durante la década de 1990, Abadía de San Campio era el vino del que se elaborabanmás botellas y el único que Adega das Eiras, hoy día Terras Gauda, presentaba a concursos. A lo largo de estas dos décadas y media largas que lleva de historia esta bodega, las tornas se han cambiado. Terras Gauda, su polivarietal característico de la subzona de O Rosal ha pasado de ser un vino del que apenas se elaboraban un par de docenas de miles de botellas, a rondar el millón. No hay otro polivarietal en Rías Baixas que tenga tanta difusión dentro y fuera de Galicia y que esté además en las cartas de los mejores restaurantes de Europa y América.
En este contexto, Abadía de San Campio se convirtió en el segundo de a bordo. La mayor parte del Albariño estaba destinado al ensamblaje con Caíño blanco y Marqués del Terras Gauda o del más reciente "La Mar", en el que la variedad dominante es la Caíño.
Pero esa condición de segundo, solo se puede valorar hablando de términos cuantitativos, de número de botellas que se elaboran porque después de 25 años en el mercado, salió por primera vez con la cosecha de 1991, Abadía de San Campio se ha ganado un puesto de honor en el podio de los albariños del mundo tras cosechar casi un centenar de medallas de oro y plata en los concursos nacionales e internacionales, amén del reconocimiento de un público incondicional que se extiende por Galicia y buena parte de España.
Fresco, muy frutal, despierta una intensa variedad de matices en boca. La influencia del Atlántico, del Miño, de un clima casi subtropical que hace de la comarca de O Rosal un espacio único en Galicia, se conjugan en este vino que lleva 25 cosechas con el listón muy alto.
