DENOMINACIONES

En busca del tinto perdido en la historia del Ribeiro

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Alborexar no Ribeiro es una apuesta por el resurgimiento de los tintos clásicos

Salió al mercado por primera vez en las navidades de 2015, con la cosecha de 2014. Ese fue el año en el que esta singularísima bodega del Ribeiro inició su andadura tras una larga experiencia previa de ensayos, incorporación de pequeñas parcelas, plantación de nuevas cepas... Ahora, con la cosecha de 2017 en el mercado y la de 2018 afinándose en la bodega, se encuentran con el dilema que les plantea una de esas ofertas que te hacen dudar. Un importador de Estados Unidos quiere toda la cosecha y ellos, como buenos gallegos, le están dando largas porque no quieren dejar sin vino a los clientes que a lo largo de estos últimos cuatro años se han convencido de que en el Ribeiro se puede trabajar vinos tintos de extraordinaria calidad sin complejos, aunque la mayoría de los colleiteiros y bodegueros sigan apostando fundamentalmente por los tintos.

Alborexar no Ribeiro es una apuesta por el resurgimiento de los tintos clásicos, los que le dieron nombradía a esta región vinícola en los siglos XVI, XVII y XVIII. Y el vino que recibe el nombre de la bodega, O Alborexar, es un buen ejemplo de ello. Ensambla cuatro variedades que tienen siglos de historia en el Ribeiro, una historia que fue interrumpida por la filoxera, pero que con gran esfuerzo están recuperando: Brancellao, Sousón, Caíño tinto y Ferrón, también llamada Ferrol.  En 2,5 hectáreas repartidas en más de veinte fincas tienen el viñedo con el que elaboran entre 11.000 y 12.000 litros. A esas cuatro variedades que dan carácter a este vino hay que sumar la Mencía con la que elaboran el Alborexar 4.0, un vino sorprendente por la identidad tan personal de esa uva cultivada en Castrelo de Miño, y otros dos monovarietales de Garnacha tintorera y Ferrón, auténticas experiencias enológicas. 

Pero el capitán indiscutible es este O Alborexar, fermentado en troncocónico y criado en barrica de roble francés ya usado para que la madera sea apenas una insinuación entre tanta expresión que presentan esas cuatro geniales variedades tintas del Ribeiro. 

Un vino que gana adeptos, merecidamente y del que ya hoy día más del 40% se vende más allá de nuestras fronteras.

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