de la tierra

Las cigalas enfrentan a Bruselas y Galicia

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La escasez de la cigala tiene mucho que ver con la contaminación marina

La unión europea  practica en materia de pesca la política de Cafarnaún, "que a los cielos fuiste elevado y a los infiernos serás abajado". Hace dos años, en 2015 incrementó la cuota de captura de esta especie en un 15 por ciento a los pesqueros españoles. En 2017, ha sellado un bloqueo absoluto en el caladero del Cantábrico. EL desacuerdo que existe  entre los datos que esgrimen los expertos comunitarios que dictaminaron la necesidad de tres años de cierre de esta pesquería en aguas del Cantábrico desde el Golfo de Vizcaya hasta el Cabo Fisterra, y los que defienden los pescadores gallegos , avalados por estudios realizados por científicos del Instituto Español de Oceanografía.

La verdad es que las cigalas gallegas resultan cada vez más difíciles de encontrar en el mercado. Y cuando llegan a él lo hacen a precios astronómicos, que pueden llegar a superar los cien euros el kilo. 

La flota gallega, no solo faena en aguas territoriales, aunque cada vez es menor el número de arrastreros que se dedican a este menester. También lo hace en aguas del Grand Sole. de donde llegan en mayor número.
Antiguamente, la cigala de los caladeros del entorno de Irlanda y Escocia, llegaban en barco, y su aspecto solía ser más pálido que las cigalas gallegas. Además de las diferentes característica del medio en el que desarrollan su actividad, como sucede con las centollas y los bueyes, el viaje de retorno terminaba empeorando su sabor y sobre todo, su textura.

Hoy día, las cigalas viajan en avión desde destinos tan dispares como Escocia, Irlanda o América Latina. Y llegan vivas a nuestras pescaderías, con el mismo aspecto fresco que las que se descargaban tradicionalmente en Marín y que le dieron a este puerto el mérito de ser el más cigalero de España.
Independientemente de que consigan o no, los pescadores gallegos recuperar el caladero vedado por Bruselas, las cigalas escasean cada vez más y la prueba de ese fennómeno está en su cada vez más alto precio.

La escasez de la cigala tiene mucho que ver con la contaminación marina. Son animales de vida solitaria que vive en fondos arenosos a gran profundidad y se alimenta de pequeños peces y crustáceos  Los fondos cada vez están más cargados de fangos y lodos, de ceniza como consecuencia de los depósitos que arrastran hasta el mar los ríos tras los incendios, y de los metales pesados que se acumulan siempre en el fondo marino, justo donde ellas hacen sus nidos desde los que acechan a sus víctimas. Y también a donde llegan los arrastreros en busca de otras especies y que capturan sin ser éste su propósito. Son los daños colaterales.

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