Los corderos y cabritos de rebaño tienen nuevo sello

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photo_camera Cabritos y ovejas.

En estas fechas que se incrementa el consumo de cordero y de cabrito, aumenta también la venta de ejemplares criados de manera intensiva en granjas. Medio Rural ha decidido premiar aquellos ejemplares que viven en libertad con el sello de calidad "Pastores de Galicia"

Un paseo por las carnicerías nos ilustra sobre el alto precio que alcanzan en esta época del año los corderos y los cabritos lechales. Pero ¿cómo fueron criados? La gran demanda de este tipo de carne ha llevado a la creación de numerosas granjas de explotación intensiva, sobre todo en tierras castellanas que es de donde viene la mayoría.

Para fomentar el consumo de cordero y cabrito gallegos, la consellería de Medio Rural ha puesto en marcha un nuevo sello de calidad, que certifica la crianza de aquellos ejemplares que viven al aire libre. Se trata del sello "Pastores de Galicia" que amparará aquellos ejemplares nacidos, criados y sacrificados en Galicia, que además viven en régimen de pastoreo, aprovechando los recursos naturales del entorno en el que habitan. El sello será gestionado por la Asociación de Criadores de Ovino y Caprino, OVICA, colectivo fundado en 1994, que en la actualidad reune a criadores que suman más de 45.000 reproductoras, tanto de oveja como de cabra.

Galicia cuenta además con sendas razas autóctonas reconocidas: ovella galega y cabra galega, que se caracterizan por su rusticidad, y su capacidad para aclimatarse a las condiciones de vida del medio rural gallego, especialmente en el entorno de las zonas montañoas, y por una extraordinaria calidad de su carne.

La cabra galega, suma a sus buenas cualidades gastronómicas un factor adicional no menos relevante: su capacidad para alimentarse de especies vegetales que no sirven de sustento ni para el ganado vacuno ni el ovino, por encontrarse en áreas más escarpadas, y al mismo tiempo se convierten en veerdaderas desbrozadoras naturales de la maleza, lo que las convierten en verdaderas colaboradoras en la prevención de incendios forestales.

Además de las razas autóctonas reconocidas, en Galicia existen rebaños de ovejas y cabras de otras razas, más orientadas a la producción de queso, si bien las explotaciones de dedicadas a este menester son muy reducidas. Organizaciones como ASOVEGA y Cabra Galega velan por la recuperación de dos razas que estuvieron al borde de la extinción a finales del siglo XX y que, afortunadamente, en la actualidad, cuentan con un número cada vez más importante de criadores.

Las provincias de Lugo y Ourense son sus principales feudos y dentro de ellas, las áreas más montañosas que son, precisamente, donde oveja y cabra autóctonas manifiestan sus mejores capacidades de integrarse.

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