No es de los que hace de su cara un muestrario de muecas como Brad Pitt cuando quiere disimular que es guapo
Estoy entusiasmada. Entusiasmada. ¿Y acaso me entusiasmo yo con cualquier cosa? No. Bueno, a lo mejor sí. Al fin y al cabo les dije que “Flesh and Bone” era de lo mejorcito y, aunque la vi enfervorizada hasta el final, he de admitir que es mucho más efectista que efectiva. Pero esto que les recomiendo hoy es… no sé, es lo más. ¿Y acaso soy yo de hacer hipérboles? No. Vale, quizá sí. Me paso la vida con que si esto es la bomba y lo otro el no va más, cierto. Pero aquí no hay excusa: qué serie tan increíblemente buena y divertida es “Mozart in the Jungle”. Qué maravilla y qué increíble y qué fabulosa. ¿Y acaso soy yo de hacer polisíndeton? Pues como seguro que no saben lo que es, no pueden contestar.
“Mozart in the jungle” es comedia, vaya eso por delante y riámonos. La escribe y produce, entre otros, Roman Coppola (hijo de Francis Ford) y el protagonista es Gael García Bernal. Punto. Y aparte. Hagamos un punto y aparte para hablar de García Bernal.
Está fantástico. Tremendo y cómico hasta decir basta. Gael me gustaba a mí mucho por dos motivos. Uno porque se parece a un novio colombiano, bajito y muy guapo que yo tenía. Dos porque las películas en las que salía me gustaban bastante. Pero, a decir verdad, nunca me pareció un actor extraordinario: solvente, como mucho, y siempre en papeles fáciles.
Pero aquí… bueno, bueno, bueno, aquí está tan distinto a él mismo, que consigue, por momentos, hasta dejar de ser atractivo. Que ya hay que ser buen actor para, siendo tan guapo y sin caracterizarse, no parecer atractivo; y no crean que es de los que hace de su cara un muestrario de muecas como Brad Pitt cuando quiere disimular que es guapo, no señor: Gael actúa, actúa desde la punta de los dedos de los pies hasta el lóbulo de la oreja. Total, qué serie, señor, qué serie… ¿Y acaso soy yo de perder la cabeza por una serie?
