FIESTA POPULAR

Los maios devuelven el entorno urbano a su origen rural

photo_camera Un maio en la pasada edición de la Alameda.

Xestas, fentos, musgo, flores silvestres, coplas, música, vino... son los ingredientes de la gran fiesta que representa el triunfo de la primavera.

Mucho antes de que se celebrase el primero de mayo, el día de la madre y San José Obrero, los maios ya eran la gran fiesta de la primavera en Galicia. Pero también los mayos en el resto de España, o el "maibaum" alemán, o el "may day" inglés (que no tiene nada que ver con la señal de petición de socorro) o "Lá Bealtaine" irlandesa. El calendario republicano francés situaba esta fiesta en el mes de floreal, el segundo de la primavera, cuando la vegetación, incluso la más perezosa, ya está cobrando todo su vigor.

Popular y colectiva

Al igual que sucede con el carnaval, y después con las fiestas del solsticio de verano, los maios deben su éxito, o su fracaso, a la capacidad de implicación del pueblo en el que se celebran. Ese empeño colectivo y su carácter popular son dos de sus rasgos más significativos.

Hoy se le otorga un carácter casi etnográfico, pues, de alguna manera constituyen un testimonio dinámico y vivo de nuestro origen rural y agrario. Y así inundan de verde y de vegetación, al menos por un día, el centro de muchas ciudades, sobre todo en aquellas que, como Ourense, no reniegan de ese origen y se ha mantenido a lo largo del tiempo mientras que otras ciudades, como sucede con Vigo, han reintroducido esta fiesta en tiempos recientes, pues su tradición se había perdido.

Aunque la fiesta es de un día, el disfrute de la misma se anticipa a los prolegónenos en los que los colectivos participantes diseñan los maios con los que van a contribuir o a concursar y salen a recoger los elementos vegetales con los que han de confeccionarlo.

La tradición clasifica los maios en tres tipos: los enxebres, en los que un cono en forma de árbol representa la vegetación regenerada tras el invierno; los artísticos, que utilizan los mismos elementos vegetales para reproducir alguno de los aperos o elementos propios de las labores del campo, y los humanos, en los que el maio está representado por una persona o un grupo que se atavían con ropas sencillas adornadas con flores silvestres.

Las coplas

Tan importantes como los maios son las coplas. La redacción, su posterior copia para que llegue a todos... Un ejercicio de ingenio con el que se convierte en rima irónica lo que acontece en el entorno.

Claro que, con cinco meses sin gobierno, es de imaginar cuál será el tema estrella de este  año en la mayoría de los maios de Galicia, y también de España. 

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