"V" supuso un fenómeno social sin precedentes en la España de los años 80
Pocas series supusieron en España un acontecimiento sociológico como el estreno de "V". Fue el sábado 2 de febrero de 1985, dos años después de su estreno en EEUU, y los niños españoles nunca volvieron a ser los mismo.
La excelente primera parte de la serie constaba de dos capítulos de dos horas de duración (en algunas emisiones se dividieron en varias entregas), y su trama era sencilla: unos extraterrestres llegan a La Tierra en son de paz, dispuestos a compartir su tecnología con los humanos a cambio de recursos básicos. Sin embargo, las verdaderas intenciones de los visitantes son bastante diferentes.
El efecto "V" provocó la venta masiva de juguetes, records de ventas de revistas como Tele Indiscreta, cromos, carpetas, canciones (Pepe da Rosa sacó un disco), chicles, golosinas (inolvidables las ratas de gominola) y creó tendencia en la ropa y en los cortes de pelo. También fue la primera vez que en España se planteó el debate sobre la emisión de escenas violentas o desagradables en horarios infantiles.
El personaje de Diana (interpretado Jane Blader) fue sin duda los protagonistas de la serie. Era la encarnación del mal y de la ambición, un icono televisivo que prosiguió su papel durante otras dos temporadas en las que la calidad empezó a brillar por su ausencia.
