El traje ha llegado para quedarse en el armario femenino
El traje de chaqueta masculino se ha convertido en un imprescindible en los armarios femeninos. Ya sea para estilismos de noche o de oficina, combinado adecuadamente puede ser la mejor elección. Pero hasta llegar a este punto, el traje para las mujeres sufrió muchas modificaciones.
En el siglo XIX era impensable que una mujer se pusiese pantalones (teniendo como única excepción el montar a caballo). Pero la revolución llegó con el nombre de Coco Chanel, una de las primeras en atreverse a vestirse con prendas tradicionalmente masculinas. El culmen de este cambio llegó al punto que conocemos hoy gracias a otro de los grandes diseñadores de la historia: Yves Saint Laurent.
En 1971 llamó a su colección “Escándalo”, nombre que inspiró su musa Paloma Picasso. En ella había vestidos de noche cubiertos de lentejuelas y... esmoquins para mujeres. El traje masculino supuso el decir adiós a las marcadas siluetas a las que estábamos acostumbrados y con esto se consiguió que las mujeres reclamaran su papel en el mundo empresarial. Hoy ya es un estilismo instaurado en la sociedad, cambia en cada temporada y se adapta con nuevos tejidos, estampados, colores, cortes y combinaciones.