UN OURENSANO EN EL RALLY DE MONTECARLO

¡Qué clima este que tenemos en los Alpes!

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photo_camera Thierry Neville, en uno de los tramos del rally de Montecarlo.

Las condiciones meteorológicas condicionan a los pilotos y a los espectadores 

Llámenlo cambio climático pero el tiempo en esta zona de los Alpes es imprevisible. De -7 grados a las 7 de la mañana pasamos a 16 y de nuevo a 3 o 4 con viento, algo que no es nada fácil de aguantar cuando pareces una cebolla de la cantidad de ropa que llevas encima. Un pequeño peaje que pagar cuando el karma te compensa después de un viernes duro por la nieve.

Ayer, en una especie de compensación por lo complicado del viernes, el sábado pleno de tramos (cinco de cinco) y muy buen rollo con los 15 compañeros, en un rally de montecarlo que según algunos comisarios veteranos de la prueba, es una de las que más espectadores está llevando a las carreteras, y no es para menos. Las colas kilométricas y los cortes de carretera maratonianos compensan estos nuevos coches, que sin ser los antiguos grupo B, sí tienen un encanto especial.

Gracias a un par de aficionados con radares de pistola pudimos ver que los WRC de nueva generación son casi 20 kilómetros por hora más rápidos que sus predecesores y un aspecto tremendamente atractivo.

Lástima el error de Neuville cuando ya tenía el rally en el bolsillo. El tiempo perdido en la última especial le deja en bandeja el triunfo a Sébastien Ogier, auténtico ídolo de masas en el rally de su casa, Gap.

Es casi imposible no ver a algún seguidor francés con una bandera o con los gorros de Volkswagen con el 1 del galo. También en las ventanas y carteles de restaurantes se pueden ver los 'Allez Ogier' o los más comedidos 'Vive le rally' continuado por un menú en el que nunca falta el 'Vin Chaud', un brebaje templado y dulce a base de vino que baja de calidad y sube de precio cuanto más te acercas a los tramos. Cosas del libre mercado.

Ahora, ya en Niza después de un largo viaje de tres horas desde Gap y tras un atasco de más de 15 kilómetros en la autopista, toca visita por la ciudad, cenar y a dormir, queda la traca final, en un viaje que va claramente de menos a más. Se acerca el final del rally, el Turini espera. 

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