El proyecto comunitario de desarrollo se asienta en la localidad de Lodoselo, en Sarreaus
El Centro de Desenvolvemento Rural O Viso acaba de cumplir 25 años reivindicando que se puede vivir en el rural con los mismos servicios que ofrece la urbe. Ha sido y es su filosofía fundacional desde que aquella asociación cultural O Cruceiro echase a andar en 1985. Es un proyecto comunitario, y así se encarga de asegurarlo y repetirlo uno de sus integrantes y portavoz, Antonio Rodríguez Corbal.
"Creo que nós non chegamos a inventar nada, só fomos recollendo a testemuña do rural; antes, cando un pobo precisaba ter agua, eran os propios veciños os que se xuntaban para traer a acometida ata as casas, porque o noso medio sempre estivo de costas ó Estado porque precisamente a Administración estatal así o quixo. Quérennos vender o rural como visitable, e nós levamos trinta anos tentando que máis que visitable sexa habitable", afirma Rodríguez Corbal.
Curiosamente, la iniciativa, una pequeña comunidad capaz de gestionar recursos que se consumen en la prestación de servicios a los ciudadanos como si de otra administración más se tratase, arrancó después de que otra institución crease un conf licto que acabó por generar tensiones en la localidad de Lodoselo (Sarreaus): la concentración parcelaria.
Fue el ánimo de reconducir el entendimiento el que provocó que la primera actividad de este centro de referencia en el rural gallego, por su ejemplaridad e historia, fuese la convocatoria de un magosto popular en 1985 y un Entroido un año después.
De una celebración popular a todo lo que hoy representa una ver- dadera república vecinal.
