MONTERREI

La obra del AVE llevó al Támega doce millones de litros de agua

photo_camera Aspecto que presentaba las aguas del río Támega el pasado día 20 en A Retorta (MIGUEL ÁNGEL)

Antes de proceder a su vertido al río, las empresas las someten a un proceso de depuración

El río Támega recibió en los últimos dos años doce millones de litros de aguas residuales de las obras de la línea del tren de alta velocidad (AVE) después, según la Confederación Hidrográfica del Duero, de que fueran depuradas para evitar daños. Este volumen de aguas residuales, que llegaron al río en diferentes vertidos, figura en la investigación que acaban de concluir el organismo de cuenca y los agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, para esclarecer el vertido tóxico registrado el día 20 de julio que tiñó de blanco el cauce del río a la altura de A Retorta, Matamá y Arcucelos (Laza).

Los agentes fluviales y del instituto armado recabaron en el último mes datos entre las constructoras del AVE sobre el vertido del pasado día 20. También inspeccionaron todo el tramo del río entre Verín y Laza, pero las pesquisas, según explicaron en la hidrográfica, no arrojaron luz y "no se pudo determinar con exactitud el origen del vertido".

Las adjudicatarias del AVE antes de liberar las aguas residuales, que proceden en su gran mayoría de manantiales subterráneos y lavado de maquinaria y perforación de túneles, las almacenan en un sistema de depuración que, según afirmaron en la Confederación Hidrográfica, consta de una balsa construida en hormigón de 5,7 metros de largo por cinco de ancho y 2,5 de profundidad, dotada de un sistema de decantación y neutralización de residuos contaminantes mediante la inyección de oxígeno. "Toda está infraestructura está construida en cada tramo en obras", afirmaron en la hidrográfica del Duero.

En el Concello de Laza declinaron hacer una valoración sobre las aguas que llegan al río al entender que es competencia del organismo de cuenca, sin embargo, vecinos de A Retorta y Matamá reconocen que el río baja más sucio en los últimos dos años. "Antes, sólo bajaba turbio cuando llovía pero ahora ya no hace falta que llueva, cada poco tiempo baja lleno de lodo", apunta el vecino Juan Atanes.

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