MEDIO AMBIENTE

Proyecto para salvar los negrillos del río Támega

La Hidográfica del Duero intenta frenar el avance del hongo que los seca

La Confederación Hidrográfica del Duero prohibió la tala de negrillos, conocidos también como ameneiros, en el cauce del río Támega, para impedir que se propague un hongo (su nombre científico es Phytophthora alni) que está secando los árboles.

Varios técnicos del organismo recorren estos días el río con el objetivo de poner en marcha medidas sanitarias para impedir que la enfermedad termine por secar todos los árboles. De los datos recogidos por el equipo se desprende que el hongo está causando mayores daños en los árboles que crecen en el tramo del río que va desde la localidad de Rabal (Oímbra) hasta la frontera de Feces. Aguas arriba del pueblo de Rabal, hay árboles secos, pero en menor cantidad.

Entre las medidas adoptar está la retirada de todos los troncos y ramas secas, que serán quemadas para destruir el hongo. También está previsto tratar con productos químicos los árboles sanos.

La enfermedad, según explicaron en Medio Rural, está siendo "muy agresiva" en este tipo de árboles en la totalidad de los ríos y zonas húmedas de la provincia. El departamento autonómico también no recomienda talar los árboles para impedir la propagación del hongo al transportar la madera.

Antonio González, que fue agente forestal en Monterrei y recorre a diario el cauce del río Támega, y asegura que "al secarse los árboles, el río queda sin sombras y en verano se recalienta el agua, poniendo en peligro toda su fauna. Todos los veranos se ven peces muertos en la orilla", lamenta.

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