El Concello de Verín construirá una nueva captación de agua fuera del Támega para solucionar los problemas que sufre el abastecimiento a los vecinos cuando llueve con intensidad y sube el nivel del río.
Así lo aseguró el alcalde, Juan Manuel Jiménez Morán, que ya presentó el proyecto en la Consellería de Medio Ambiente e Infraestructuras con el objetivo de iniciar los trabajos de la nueva captación durante el próximo año. Es más, el proyecto, según el regidor, es 'prioritario' porque los vecinos durante los días de lluvia no disponen de un servicio de agua potable en condiciones a causa de los arrastres de lodo y materia orgánica en el cauce del Támega.
La actual captación está en el río, a la altura del barrio de San Lázaro, más en concreto cerca de la playa fluvial. El agua es bombeada desde una estación depuradora a un depósito y, posteriormente, a las viviendas. Durante el verano y los días en que no llueve, el vecindario no tiene ningún problema en el agua que llega a sus viviendas, pero la situación se complica los días de lluvia a causa de los arrastres de materia orgánica y lodo, situación que se viene manteniendo en los últimos días.
El líquido elemento llega a los domicilios con color marrón y lleno de tierra, pese, según Jiménez Morán, a los esfuerzos de los operarios de la empresa concesionaria en instalar filtros a lo largo de las tuberías de la estación de bombeo, en realizar análisis y echar productos químicos para mantener la calidad del agua.
Los arrastres que se registran estos días obligan a lo vecinos a tener que comprar el agua en los supermercados o abastecerse en fuentes públicas o pozos caseros. La situación ya generó numerosos críticas entre los grupos de la oposición (PSOE y BNG), que argumentan que los vecinos están pagando por un servicio que no reciben como es debido.
El grupo de gobierno entiende que el problema solo se solucionará con la nueva captación.
La actual captación está en el río, a la altura del barrio de San Lázaro, más en concreto cerca de la playa fluvial. El agua es bombeada desde una estación depuradora a un depósito y, posteriormente, a las viviendas. Durante el verano y los días en que no llueve, el vecindario no tiene ningún problema en el agua que llega a sus viviendas, pero la situación se complica los días de lluvia a causa de los arrastres de materia orgánica y lodo, situación que se viene manteniendo en los últimos días.
El líquido elemento llega a los domicilios con color marrón y lleno de tierra, pese, según Jiménez Morán, a los esfuerzos de los operarios de la empresa concesionaria en instalar filtros a lo largo de las tuberías de la estación de bombeo, en realizar análisis y echar productos químicos para mantener la calidad del agua.
Los arrastres que se registran estos días obligan a lo vecinos a tener que comprar el agua en los supermercados o abastecerse en fuentes públicas o pozos caseros. La situación ya generó numerosos críticas entre los grupos de la oposición (PSOE y BNG), que argumentan que los vecinos están pagando por un servicio que no reciben como es debido.
El grupo de gobierno entiende que el problema solo se solucionará con la nueva captación.
