Abstinencia de sexo o acampadas virtuales, fórmulas de rebeldía por 250 días sin Ejecutivo

Los belgas protestan con humor por la falta de gobierno

Protesta en Gante de estudiantes belgas contra la falta de gobierno. (Foto: NICOLAS MAETERLINCK)
Abstinencia de sexo, rebelión de las patatas fritas, huelga de afeitarse o acampada virtual frente al Ejecutivo son algunas de las fórmulas elegidas por los belgas para protestar con humor contra la clase política del país, que esta semana batió a Iraq en el récord de días sin Gobierno.
La cifra mágica de 250 permitió que este pequeño estado del centro de Europa, con escasos trofeos deportivos en su vitrina, batiera al resto del mundo en esta categoría de dudoso mérito. La noticia, que en otras partes hubiera provocado notables muestras de descontento popular, fue acogida con pasmosa naturalidad por los ciudadanos belgas, acostumbrados a esperar meses desde que introducen su voto en las urnas hasta que conocen las caras de quienes decidirán su futuro en la siguiente legislatura. Así, descartado el recurso a la pataleta, muchos belgas piensan que la única vía de protesta que todavía les queda es la carcajada.

La víspera de que Bélgica se hiciera con esta plusmarca mundial, unas 10.000 personas protestaron en la llamada 'Revolución de las patatas fritas', denominada así para hacer un irónico paralelismo entre la reciente revolución de los jazmines en Túnez y el icono gastronómico belga. Ese mismo día, 249 estudiantes tenían previsto desnudarse en la ciudad de Gante, en señal de descontento por cada uno de los días de crisis política, aunque el pudor (o el frío) fomentó el desánimo y sólo una treintena de ellos se atrevieron finalmente a quedarse en paños menores en defensa de la unidad nacional.

Estas dos iniciativas no son las únicas muestras de que la crisis política agudiza el ingenio belga. El movimiento Camping 16 propone a los internautas que acampen virtualmente ante la sede del primer ministro para pedir a la clase política que haga su trabajo o 'devuelva el dinero' a los ciudadanos, como cuando compran un producto defectuoso. Probablemente, el efecto de esta protesta no pueda asemejarse a la presión que ejercieron los 'camisas amarillas' y los 'camisas rojas' apostados ante la sede del Gobierno tailandés en Bangkok, pero ya son 153.000 los internautas que se dicen 'acampados' frente al edificio de la Loi, 16.

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