China, el principal aliado del regimen comunista, hace un llamamiento a la calma y al diálogo

Dos civiles murieron durante el ataque de Corea del Norte

Dolor y miedo entre los residentes que tuvieron que abandonar la isla de Yeonpyeong. (Foto: Jeon Heon-Kyun)
Los surcoreanos viven con preocupación el día después del ataque contra su territorio de Corea del Norte, que aumentó el temor a un enfrentamiento a gran escala que nadie desea en Seúl, a solo 60 kilómetros de la frontera.
Pocos surcoreanos dudan de que la lluvia de obuses norcoreanos que arrasó el martes parte de la isla de Yeonpyeong, cerca de la frontera entre las dos Coreas en el Mar Amarillo y que provocó dos bajas militares y dos muertos civiles, es el hecho más grave desde el fin de la Guerra de Corea en 1953. 'Nunca había pasado algo así, han atacado a la población civil a unos 100 kilómetros de Seúl y Corea del Sur debe responder de manera militar, aunque intentando evitar que se convierta en una guerra abierta', indicó Kim Min-jung, una surcoreana de 27 años.

Ayer los surcoreanos sólo hablaban en las calles del intercambio de disparos de artillería entre las dos Coreas, seguido en todo el país con gran preocupación y especialmente en Seúl, una ciudad que se encuentra dentro del área de alcance de los misiles del régimen de Kim Jong-il. La rutina de la capital surcoreana se mantuvo, no obstante, casi inalterable, pese a que en las primeras páginas de los periódicos y las pantallas gigantes de la ciudad las imágenes de la destrucción en Yeonpyeong copan el protagonismo, por delante de los Juegos Asiáticos de Guangzhou.


POCA CONTUNDENCIA

Los partidos más conservadores presentaron ayer las primeras críticas a la gestión de la crisis por parte del Gobierno y del Ejército, al afirmar que se actuó demasiado tarde y con poca contundencia en respuesta a los primeros obuses de Corea del Norte. El ministro de Defensa, Kim Tae-young, se defendió de las críticas en el Parlamento y aseguró que los 13 minutos que pasaron hasta que se contraatacó por primera vez fueron adecuados. Para Park Sang-chul, un oficinista de 60 años, 'tardaron mucho en responder al ataque, tendríamos que haberles golpeado fuerte en el primer momento para que no pasase como con el 'Cheonan', en referencia al hundimiento de la corbeta surcoreana en marzo en la que murieron 46 marinos y del que Seúl acusa a Pyongyang.

Lee Sang-lok, redactor jefe del diario Dong-a, coincidió también en que muchos piensan que 'la oportunidad de responder militarmente ya ha pasado, ahora no existe la misma justificación y con el incidente del 'Cheonan' se demostró que recurrir al Consejo de Seguridad no es útil'.

Mientras, China, el principal aliado de Corea del Norte, hizo un llamamiento a la 'calma' a las dos Coreas para evitar una escalada de violencia tras el ataque norcoreano contra una isla surcoreana, que fue contestado, a su vez, por Seúl. 'China insta de manera firme tanto a Corea del Norte como a Corea del Sur a que mantengan la calma y la contención y a que inicien un diálogo y contactos a la mayor brevedad posible', manifestó en un comunicado el portavoz del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, Hong Lei, quien añadió que el régimen chino se opondrá a 'cualquier acción perjudicial para la paz y la estabilidad' en la península coreana y expresó su 'tristeza y pesar por las pérdidas humanas y materiales'.

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