Migraciones

Indignación en EEUU por la política fronteriza de Trump, que obliga a separar a familias

Aprovechándose de las diferencias que hay en los países europeos sobre cómo abordar eficazmente la llegada de refugiados, Trump ha echado más leña al fuego y para justificar su política migratoria ha arremetido contra Europa

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a conseguir poner a todo el mundo de acuerdo en algo, y en su contra. Esta vez a causa de las políticas migratorias de "tolerancia cero" que defiende su administración. Pocas son las voces que aplauden sus medidas y muchas las que le reclaman que reconsidere su postura. Incluso su esposa Melania y otras exprimeras damas del país se han atrevido en público a criticarlas.

La indignación crece además entre los miembros del Partido Republicano que unen voces para denunciar las separaciones de más de 2.300 familias que han entrado ilegalmente a Estados Unidos en un periodo de seis semanas en abril y mayo.

Los republicanos están preocupados por cómo repercutirán las políticas de Trump en las urnas. Y es que más allá de endurecer las leyes de inmigración y de poner límites para frenar la entrada de ilegales, la separación de las familias que cruzan la frontera indocumentados tiene una complicada defensa; sobre todo cuando se filtran videos y audios de niños muy pequeños llorando desconsolados y preguntando por sus padres, llevados a centros de detención como criminales.


Lo cierto es que la inmigración y su gestión es una cuestión espinosa a ambos lados del Atlántico. La crisis de refugiados en Europa amenaza también con romper la cohesión del bloque comunitario en un momento en el que la canciller alemana, Angela Merkel, está muy debilitada políticamente por sus socios de gobierno bávaros que le exigen una política migratoria mucho más dura que la actual


Aprovechándose de las diferencias que hay en los países europeos sobre cómo abordar eficazmente la llegada de refugiados, Trump ha echado más leña al fuego y para justificar su política migratoria ha arremetido contra Europa. "EEUU no será un campamento de inmigrantes, ni un centro de detención de refugiados. No lo será. Miren lo que está pasando en Europa. No podemos permitir que esto suceda en EEUU. No lo permitiré bajo mi mandato", ha declarado el presidente este lunes.

Según el presidente, entre los inmigrantes que buscan entrar al país hay personas "que pueden ser asesinos y ladrones, y muchas cosas más". "Queremos un país seguro, y eso empieza en la frontera. Y así será", ha afirmado. Es habitual que Trump vincule inmigración con delincuencia; pero es difícil, incluso para él, que haga estas afirmaciones para justificar la separación de niños de sus padres.

El magnate, ajeno a todas la críticas que le llueven desde todos los sectores, dentro y fuera de sus fronteras, ha publicado en Twitter que la inmigración ha causado que el pueblo alemán se ponga en contra de sus líderes, que la criminalidad ha aumentado y que la llegada de millones de personas ha cambiado "fuerte y violentamente" la cultura europea.

Pero Naciones Unidas no ha tardado en recordarte al excéntrico millonario el exigido respeto a los Derechos Humanos, calificando la medida de separación familiar como "cruel" e "inhumana". "Los refugiados e inmigrantes deben ser tratados siempre con respeto y dignidad conforme al Derecho Internacional vigente. Los niños no deben ser traumatizados por estar separados de sus padres", ha dicho el portavoz del secretario General del Organismo.

Trump mantuvo una reunión a última hora del lunes con los miembros de su partido de la Cámara de Representantes en un momento en el que ambas formaciones -demócratas y republicanos- están en pide de guerra por el enfoque que la Casa Blanca está teniendo en cuanto a los cruces fronterizos ilegales.

La crisis en las filas republicanas llega en un momento en el que la inmigración es uno de los asuntos candentes en el país. Qué pasará con los 800.000 jóvenes indocumentados que llegaron a EEUU siendo menores y conocidos como `dreamers`, cómo serán las políticas de asilo, o qué financiación se otorga al muro fronterizo con México son cuestiones que se debaten en un año en el que habrá elecciones para decidir qué partido controlará el Capitolio, pudiendo dar más alas a Trump, o cortarle el vuelo.

Según la política actual, todos los cruces ilegales serán enjuiciados en un proceso en el que se pone a los adultos bajo custodia del Servicio de Alguaciles de EEUU y los menores son enviados a las instalaciones del Departamento de Salud y Servicios Humanos.

Con la anterior administración, presidida por el expresidente Barack Obama, las familias eran remitidas para proceder a su deportación si no eran susceptibles de acogerse a las políticas de asilo, pero no eran separadas.


Ahora, las nuevas medidas de Trump han despertado una ola de indignación por todo el país. Los demócratas han aprovechado las terribles imágenes que circulan por muchos medios para arremeter contra este nuevo sistema


El rechazo general es tan grande que cada vez son más los republicanos que exigen a su administración que mantenga unidas a las familias.

"Nunca es aceptable utilizar a los niños como moneda de cambio en el proceso político", ha dicho el republicano Fred Upton calificando la medida de "práctica fea e inhumana". El senador republicano de Kansas Pat Roberts ha asegurado que está "en contra del uso de la separación como elemento disuasorio de la inmigración ilegal ".

También la senadora conservadora por Alaska, Lisa Murkowski, ha pedido a la Casa Blanca que "ponga fin a las separaciones trágicas y crueles de las familias".

En la Cámara hay dos proyectos de ley sobre Inmigración que abordan la cuestión, pero las perspectivas de que cualquiera de ellos obtenga el consenso es bastante limitada. Ya hay republicanos, los más ultraconservadores de la formación, que creen que pese al rechazo generalizado que han provocado las separaciones familiares, no será motivo suficiente para obtener un compromiso favorable que sea consensuado entre republicanos y demócratas.

Mientras Trump defiende sus políticas, los miembros de su partido afean sus medidas, los demócratas aprovechan para arremeter contra ellas y las primeras damas del país han coincidido en criticarlas, UNICEF ha recordado este martes que al final son los niños los que se convierten en moneda de cambio para fines políticos.

"Los niños, no importa de dónde vengan y su situación migratoria, son niños primero y principalmente. Aquellos que se han quedado sin otra opción que huir de sus hogares tienen el derecho a ser protegidos, a tener acceso a servicios esenciales y a estar con sus familias, igual que todos los niños", ha subrayado la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore en un comunicado. "El cumplimiento de esos derechos es lo que da a cada niño la mejor oportunidad para un futuro productivo, feliz y saludable", ha añadido.

Fore ha hecho hincapié en que "la detención" y la "separación familiar" son "experiencias traumáticas" que pueden dejar a los niños "más vulnerables frente a la explotación y los abusos" y que pueden crear "estrés tóxico" que, "como han mostrado múltiples estudios, puede impactar el desarrollo a largo plazo de los niños".
 

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