España agradece los apoyos recibidos para ir a Washington, pero rechaza ser la portavoz de Iberoamérica

Foto de familia de los líderes iberoamericanos en San Salvador.
El Gobierno español agradeció hoy los apoyos recibidos por parte de la mayoría de países iberoamericanos a su pretensión de asistir a la cumbre económica convocada en Washington, pero insistió en que la puerta de entrada a esa cita está en la Unión Europea y rechazó la propuesta de El Salvador de que España actúe como portavoz de Iberoamérica si finalmente acude a la reunión en la capital estadounidense.
El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, no pidió un apoyo explícito al presidente brasileño, Luis Inázio Lula da Silva, para participar en la cumbre del G-20, grupo que actualmente lidera Brasil, y mantiene su confianza en acudir a Washington a través de 'la vía europea'.

Zapatero y Lula se reunieron hoy en San Salvador donde asisten a la XVIII Cumbre Iberoamericana y, según informaron fuentes del Ejecutivo español, ambos coincidieron en la importancia de la reunión el 15 de noviembre y en la necesidad de que sea productiva para reformar el sistema financiero.

Según estas fuentes, Zapatero no solicitó el apoyo de Brasil a su aspiración de participar en la cumbre de Washington, aunque de las palabras de Lula, que destacó el importante papel de España ante la crisis, y de la sintonía de ambos se infiere el respaldo del país sudamericano.

De hecho, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Celso Amorim, dijo públicamente que, por instrucciones de Lula, ha hablado con la representante de Comercio de Estados Unidos, Susan Schawb, para solicitar que España y otros países ajenos al G-20 asistan a la cumbre de Washington.

La solución pasa por la UE

No obstante, el Gobierno español sostiene que la solución para su participación en la cumbre pasa por la Unión Europea, aunque no aclara la fórmula que permitiría su presencia y en qué medida el presidente francés y presidente de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, puede gestionar la misma.

Zapatero sí obtuvo el apoyo expreso de Michelle Bachelet, la presidenta de Chile, -país que no forma parte del G-20- a su pretensión de acudir a Washington.

Bachelet incluso pidió al jefe del Gobierno español que, en caso de que participe en esa cita, defienda las propuestas de Chile para hacer frente a la crisis financiera internacional.

Sin embargo, desde el Ejecutivo español se insistió en que Zapatero no ha viajado a San Salvador para recabar apoyos de los mandatarios iberoamericanos a su pretensión.

Según el Ejecutivo, las expectativas de acudir a la cumbre del 15 de noviembre siguen 'exactamente igual' que antes de viajar a El Salvador, y España mantiene su convencimiento de que 'tiene que estar ahí'.

Tanto Lula como Bachelet coincidieron en el análisis del impacto que está teniendo la crisis financiera en Latinoamérica, mejor preparada que en otras ocasiones para afrontarla por los altos índices de crecimiento registrados en los últimos años. Destacaron además, junto a Zapatero, la necesidad de medidas globales.

Lula apostó por mantener el gasto social y las inversiones en obra pública durante la crisis y Zapatero le explicó que esa es precisamente la política económica diseñada por su Gobierno.

Tras el encuentro, las fuentes del Gobierno español recalcaron el buen clima de la reunión, dada la 'cordialidad' que preside las relaciones personales de los dos mandatarios y su 'excelente' relación política.

Apoyo de Portugal

El primer ministro portugués, José Sócrates, dijo que España 'tiene que estar' en la cumbre de Washington que celebrará el 'Grupo de los 20' el próximo 15 de noviembre para debatir la salida a la crisis económica y financiera.

'Es de la mayor importancia que España esté en Washington desde el primer momento. España debe de estar', dijo Sócrates en una intervención en el plenario de la Cumbre Iberoamericana.

Sócrates señaló que la superación de la crisis pasa, entre otras cosas, por el surgimiento de instituciones más representativas, que incluyan a 'los nuevos actores, a nuevos países, que no pueden estar excluidos, como estuvieron en el pasado, del orden económico y del orden regulador de los sistemas financieros. 'Es por eso que considero de la mayor importancia que España esté en la próxima reunión de Washington'.

Apoyo de Argentina
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, apoyó la pretensión de España de asistir a la cumbre económica del G-20 en Washington y dio 'garantías' al jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, con respecto a que las empresas españolas podrán seguir operando en ese país, después de que Buenos Aires decidiera nacionalizar las pensiones.

Fernández de Kirchner consideró que Zapatero debería estar presente en la cumbre convocada en Washington porque las medidas que ha adoptado ante la crisis a nivel nacional y las que ha propuesto a escala europea podrían ser útiles para otros países, según las mismas fuentes.

Fernández de Kirchner acudirá a la cumbre de Washington porque Argentina es miembro del G-20, el grupo que reúne a los países más ricos y las economías emergentes. También forman parte de México y Brasil, que además asume en la actualidad la presidencia del grupo.

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