Acapulco, zona que en su día fue una de las joyas turísticas de México, se ha convertido en los últimos años en un lugar especialmente peligroso por la proliferación de grupos armados y bandas organizadas de delincuentes.

'Paraíso' de la delincuencia

Acapulco, y en general todo el estado de Guerrero, habituales destinos de turistas de todo el mundo y en los últimos años destino del turismo nacional, viven como el resto del país una ola de violencia extrema, tanta que la inseguridad ha llevado incluso a la organización de brigadas de ciudadanos para intentar preservar sus negocios de los grupos de delincuentes organizados.
El de los españoles no es un incidente aislado, pese al despliegue de seguridad desde 2011. El alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, hablaba ayer del operativo 'Guerrero Seguro', puesto en marcha para acabar en su día con grupos de narcotraficantes como el cartel del Diablo, el cartel independiente de Acapulco, la Familia Michoacana, la Barredora o el cartel Jalisco Nueva Generación.

Acapulco, enclave de lujosos hoteles y playas que a finales del siglo pasado era el lugar de descanso predilecto de las estrellas de Hollywood y destino habitual de viajes de turistas de todo el mundo, ha cambiado de registro convirtiéndose en el paraíso de la delincuencia, reducto de bandas organizadas especializadas en secuestros, violencia y extorsiones

Dentro de la ofensiva contra el narcotráfico iniciada en su momento por el expresidente del país, Felipe Calderón, los asesinatos en Acapulco se triplicaron en el año 2011 hasta cifras cercanas al millar hasta el punto de que el antes destino turístico por excelencia es ya una de las ciudades más violentas del mundo y la segunda más peligrosa del país.

Los hechos violentos en Acapulco se han multiplicado además en las últimas semanas como resultado de un reacomodo entre las bandas criminales de la distribución de droga y otras actividades ilícitas. El jueves, la violencia ligada al crimen causó al menos nueve muertos en Acapulco, entre ellos cuatro taxistas asesinados frente a un mercado y un hombre cuyo cuerpo era hallado salvajemente mutilado en dos bolsas de plástico. La ola de violencia en el país ya ha dejado más de 41.000 muertos desde diciembre de 2006, y afectado considerablemente a un sector de importancia vital para la economía mexicana.

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