El fallecimiento de once pasajeros en un accidente de autobús ocurrido el domingo en Portugal ha conmocionado al país, cuyas fuerzas de seguridad investigan ahora las posibles causas del siniestro, el más grave desde noviembre de 2007, cuando murieron 17 personas por el choque entre un autocar que transportaba a estudiantes y un turismo en el mismo distrito de Castelo Branco. Un portavoz de la Guardia Nacional Republicana (GNR), confirmó la apertura de una investigación para esclarecer los detalles y depurar responsabilidades.
El mal estado de la carretera, el asfalto mojado y el hecho de que parte de los pasajeros no llevara puesto el cinturón de seguridad en el vehículo siniestrado son algunas de las tesis apuntadas tanto por alcaldes de la zona como por varios de los 33 heridos.
Desde la compañía propietaria del autobús, la española 'Autocares Rabazo', se limitaron a señalar e que el vehículo reunía 'todas las condiciones de seguridad' y destacaron la peligrosidad del tramo en el que se produjo el percance. Técnicos de Carreteras de Portugal se personaron ayer en la IC8 en el lugar del siniestro, en el municipio de Serta (distrito de Castelo Branco), para estudiar el caso.
El vehículo trasladaba a 44 personas, siete de ellas menores de edad, desde Portalegre (prácticamente fronteriza con Extremadura) hasta Santa María da Feira.
Desde la compañía propietaria del autobús, la española 'Autocares Rabazo', se limitaron a señalar e que el vehículo reunía 'todas las condiciones de seguridad' y destacaron la peligrosidad del tramo en el que se produjo el percance. Técnicos de Carreteras de Portugal se personaron ayer en la IC8 en el lugar del siniestro, en el municipio de Serta (distrito de Castelo Branco), para estudiar el caso.
El vehículo trasladaba a 44 personas, siete de ellas menores de edad, desde Portalegre (prácticamente fronteriza con Extremadura) hasta Santa María da Feira.
