La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón confía en que la contaminación disminuya al dispersarse el agua en el Pacífico

La radiación en el mar en Fukushima supera 1.250 veces el límite máximo

Una familia camina bajo la lluvia entre los escombros en la ciudad costera de Rikuzentakata. (Foto: K. TOMOYUKI)
El temor a la contaminación por la crisis nuclear en Fukushima creció ayer al dispararse la radiactividad en las aguas del mar cerca de la central, donde las operaciones para tratar de contener las filtraciones prosiguen sin descanso.
Una muestra de agua marina tomada a 330 metros de un conducto de drenaje de la planta nuclear reveló una concentración de yodo radiactivo (I-131) 1.250 veces superior al límite considerado seguro, según la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón. Ese nivel supone que si un adulto bebiese tan solo medio litro de este agua recibiría una radiactividad de 1 milisievert, cantidad establecida normalmente como el límite anual, detalló un portavoz de la agencia. No obstante, añadió que se espera que la contaminación disminuya al dispersarse las aguas por las corrientes marinas, e insistió en que esta radiactividad no supone una amenaza inmediata para los residentes más próximos a la central.

Pese a ello, la preocupación por las radiaciones de la central ha hecho que varios países establezcan controles en muchos puertos para los barcos que procedan de Japón, en medio de la inquietud de las compañías de transporte marítimo. Algunas líneas, como el gigante Hapag-Lloyd, han decidido evitar temporalmente el puerto de Tokio y el de Yokohama, el mayor de Japón, 'como medida de precaución' ante las réplicas del seísmo del día 11 y por la 'impredecible' situación en la planta nuclear de Fukushima. El Ministerio nipón de Transporte insiste sin embargo en que el nivel de radiactividad en ambos puertos está en niveles seguros, mientras que el de Agricultura y Pesca ha señalado que estrechará el control sobre los productos pesqueros de la zona.

Dentro de la central el agua radiactiva también es causa de problemas para los operarios: según la agencia Kyodo, en los edificios de turbinas hay zonas inundadas con agua altamente contaminada que en algunos lugares alcanza una profundidad de hasta 1,8 metros. Se desconoce el origen del líquido, pero ante su alto nivel de radiactividad TEPCO, la empresa que opera la planta de Fukushima, no descarta que provenga del interior de uno de los reactores.

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