El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, amenazó hoy a Moldavia con represalias económicas por registrar el pasado viernes el avión en el que una delegación del Gobierno de Rusia volvía desde la región separatista moldava de Transnistria.
"Tendremos en cuenta este incidente en nuestra cooperación económica con la República de Moldavia", dijo Medvédev en una reunión gubernamental.
Tras participar en Transnistria en un acto para conmemorar el Día de la Victoria, la delegación rusa, encabezada por el viceprimer ministro, Dmitri Rogozin, tuvo que aterrizar en Chisinau, después de que Ucrania y Rumanía le cerraran su espacio aéreo.
Las autoridades moldavas accedieron entonces al avión y requisaron las firmas recogidas por los ciudadanos de la región separatista para pedir a Moscú su incorporación a Rusia, como explicó un miembro de la delegación, el diputado ruso Serguéi Zhigarev.
"Esto no ayuda al desarrollo normal de las relaciones con la República de Moldavia, pero es su elección. Todos saben que siempre nos piden algo (...) y esta forma de tratar a una delegación gubernamental no es buen camino para fortalecer las relaciones", dijo al respecto Medvédev.
El Ministerio de Asuntos Exteriores moldavo aclaró que requisó las firmas para comprobar su legalidad de acuerdo a la legislación del país, aunque poco después Rogozin aseguró a los medios rusos que las peticiones de los ciudadanos se encuentran en Moscú.
Desde el final de la guerra civil entre Moldavia y Transnistria a comienzos de los años noventa, que costó la vida a centenares de personas, Chisinau aboga por la integración de los dos territorios divididos por el río Dniéster, a lo que siempre se han negado los separatistas.
