El ministro sirio del Interior, Mohamed Shaar, dijo en la tarde de ayer que podía confirmar la muerte de once personas por el atentado en Damasco, pero que había 'decenas de cuerpos mutilados', por lo que aún se desconoce la cifra total de víctimas mortales.
El titular del Interior agregó que el atentado, perpetrado por un terrorista suicida que detonó una carga explosiva que llevaba encima, tenía como objetivo un autobús que transportaba a miembros de las fuerzas de seguridad sirias. Shaar explicó que su departamento había contabilizado hasta la tarde de ayer 63 heridos, aunque se remitió a una futura rueda de prensa para ofrecer un recuento más exacto del total de víctimas.
Según pudieron constatar los medios de comunicación, en el céntrico barrio de Al Midan, lugar de la explosión, los vehículos y la calzada estaban llenos de sangre de las víctimas, mientras que los edificios colindantes, entre ellos una comisaría a sólo diez metros de la explosión, presentaban graves desperfectos. Miles de personas se congregaron en una gran manifestación de apoyo al presidente Bachar al Asad en los alrededores del lugar, con banderas sirias, retratos de Al Asad y coreando proclamas en su defensa. Siria vive desde el pasado mes de marzo una ola de protestas contra el régimen en varias ciudades que, por el momento, no han prendido ni en la capital ni en la segunda ciudad del país, Aleppo.
Este atentado es el segundo de gran magnitud en dos semanas en Damasco, después de que el pasado 23 de diciembre dos fuertes explosiones causaron 44 muertos en el distrito de Kafar Souseh, cerca de dos edificios de los cuerpos de la Seguridad y de la Inteligencia, que las autoridades atribuyeron a terroristas suicidas.
Por otra parte, al menos 19 personas murieron a lo largo de la jornada de ayer por la represión de las fuerzas del régimen sirio de Bachar al Asad, siete de ellas en la provincia central de Rif Damasco, informaron a los medios de comunicación los opositores Comités de Coordinación Local (CCL).
Según pudieron constatar los medios de comunicación, en el céntrico barrio de Al Midan, lugar de la explosión, los vehículos y la calzada estaban llenos de sangre de las víctimas, mientras que los edificios colindantes, entre ellos una comisaría a sólo diez metros de la explosión, presentaban graves desperfectos. Miles de personas se congregaron en una gran manifestación de apoyo al presidente Bachar al Asad en los alrededores del lugar, con banderas sirias, retratos de Al Asad y coreando proclamas en su defensa. Siria vive desde el pasado mes de marzo una ola de protestas contra el régimen en varias ciudades que, por el momento, no han prendido ni en la capital ni en la segunda ciudad del país, Aleppo.
Este atentado es el segundo de gran magnitud en dos semanas en Damasco, después de que el pasado 23 de diciembre dos fuertes explosiones causaron 44 muertos en el distrito de Kafar Souseh, cerca de dos edificios de los cuerpos de la Seguridad y de la Inteligencia, que las autoridades atribuyeron a terroristas suicidas.
Por otra parte, al menos 19 personas murieron a lo largo de la jornada de ayer por la represión de las fuerzas del régimen sirio de Bachar al Asad, siete de ellas en la provincia central de Rif Damasco, informaron a los medios de comunicación los opositores Comités de Coordinación Local (CCL).
