Los coches oficiales de la Xunta de Galicia tampoco son un ejemplo a la hora de cumplir las normas de aparcamiento en la ciudad. En la avenida de Otero Pedrayo de Ourense el conductor de este todoterreno lo dejó aparcado en el espacio destinado a las personas con movilidad reducida. La señal está bien clara, pero también aquí parece que hay que demostrar que quién manda, manda. Y siguiendo esta máxima, el que manda hace lo que le vien en gana. Y así nos va.
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